Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 9 de agosto de 2015

Semblantes en razón de las ideas políticas

Parece que fue ayer cuando se produjo la restauración democrática en España. En 1977 yo residía en el Hotel Emperatriz de Mérida y me lo pasaba bomba observando a la gente en la plaza de España. De política hablaba todo el mundo en aquel tiempo. Yo procuraba prestar oído a cuanto se decía y, sobre todo, me dedicaba a escudriñar los semblantes de las personas en razón de las ideas políticas que dijeran tener.

De quienes se decían socialistas, yo los miraba a la cara y tenía la certeza de que muchos de ellos habían sido falangistas. Aunque se habían dejado la barba como prueba de su progresismo inmaculado. El izquierdista era, mayormente, moreno, crispado por sistema, desaliñado en el vestir y soñador. El derechista aparecía pálido, sonriente, a veces bien parecido, y bien educado.

Transcurridos los años, como no podía ser de otra manera, las cosas cambiaron. Porque los de izquierdas parecían derechistas en semblantes, en indumentarias, y en educación. Así que ya se confundían unos con otros en los lugares relevantes de la sociedad. Y todo fue porque los de derechas no tuvieron el menor reparo en dejarse también la barba, quitarse la corbata y hasta tomar el sol para adquirir ese color de bronce en la piel. Lo cual, según Pemán, era una africanización que los europeos no nos debíamos permitir.

Emilio Romero decía que una cosa portentosa en nuestra España son los semblantes y las características de las personas, en razón de sus ideas políticas. Los semblantes y características de los políticos ceutíes los delatan. Por ejemplo: Juan Luis Aróstegui nació en el seno de una familia de derechas, muy de derechas; y por llevarle la contraria a los suyos se puso al frente de todas las manifestaciones -sindicalistas- habidas y por haber. Y se le puso cara de izquierdista. Pero en su fuero interno es tan de derecha como el que más lo haya sido en España.

Juan Vivas, por haber compartido amistad con Aróstegui en su juventud, llegó a creerse que podía ser comunista, o al menos, socialista; pero tuvo la suerte de conocer a Paco Olivencia y éste le auguró grandes logros si era capaz de sacarle rédito a su cara de derecha, que se le veía a la legua. Y lo aduló de tal guisa: "Mira, Juan, tú, si me haces caso, serás capaz, por lo suave de tus palabras, de unir el agua con el fuego". Y Vivas, a partir de ese momento, se entregó a la causa. Aunque conviene decir que hubo muchas dudas por parte de Javier Arenas.

De derecha de toda la vida, pues lo lleva calcado en su cara, es Emilio Carreira. No lo puede negar. Y además tengo entendido que él se jacta de ello. Lo cual me parece muy bien. Por lo que nunca podremos llamarnos a engaño quienes le tratamos. Mohamed Alí, sin embargo, no es ni de derecha ni de izquierda ni de centro. Es, simple y llanamente, alguien que vive entre las faldas de su mentor: Aróstegui.





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