Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 2 de octubre de 2015

Mirando hacia atrás

Santiago Orgaz Fernández, más conocido por el sobrenombre de Verde, defendió, a mediados del siglo pasado, la camiseta del Atlético de Madrid. Verde -defensa  más duro que el pedernal y que, durante su etapa como jugador colchonero, coincidió con leyendas como Joaquín Peiró y Enrique Collar- era un tipo encantador, y amigo de sus amigos. De él se decía, también, que caía superior entre las mujeres.

Verde, por ser ocurrente sin estridencias, resultaba ser la compañía perfecta para compartir una sobremesa. Era un artículo de lujo disfrutarlo. A mí me lo presentó, en los años setenta, Pepe Jiménez Bigote, en Casa Lucio. Y luego, cuando Santiago Orgaz,  Luis Aragonés y Cobo decidieron veranear en El Puerto de Santa María, tuve ocasión de conocerlo más y mejor. Y, naturalmente, me reí de lo lindo con sus
anécdotas.

Una de ellas, de entre las muchas que le oí contar, es esta: El Atlético de Madrid fue contratado para participar en uno de los primeros Teresa Herrera: Trofeo que alcanzó gran relieve. La participación del equipo madrileño se produjo porque a los organizadores les había fallado otro equipo de alto copete. Y el Atlético que -en aquel tiempo- tenía la caja de caudales huérfana hasta de papeles, dejó el orgullo a un lado y dijo que sí aceptaba el ofrecimiento.

Y lo hizo, es decir, se presentó en La Coruña, aun teniendo a muchos de sus futbolistas de vacaciones. Así que el club hubo de echar mano de jugadores del Rayo Vallecano, filial del conjunto rojiblanco, en esa época, y tampoco tuvo el menor inconveniente en requerir la presencia de Santiago Orgaz Fernández, Verde, aprovechando que éste se había quedado en Madrid.

El rival del Atlético de Madrid era el Shalke 04. El partido destacó por su dureza y en quehacer semejante se distinguió el capitán del equipo español: Verde. El Caudillo, que estaba veraneando en el Pazo de Meirás, presidió el encuentro. Y, llegado el momento de entregarle el trofeo a Verde, le recordó a éste la dureza con la que se había empleado contra los alemanes. Y esta fue la respuesta del futbolista: "Excelencia, ¿acaso usted ganó la guerra tirando peladillas?".

El desparpajo de Verde, ante la mirada atónita del marqués de Casa Fuertes de Villavicencio, Jefe de la Casa Civil de Franco, y atlético hasta la médula, le hizo mucha gracia  a Francisco Franco Bahamonde. De ahí que atendiera luego todas las peticiones que el defensa le hiciera al Gobierno, demandando licencias de Camiones Pegaso, que él aportaba a la sociedad que mantenía con un constructor.










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