Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 8 de julio de 2016

Envejecimiento del tiqui-taca y derrota alemana

 Francia y Portugal jugarán la final de una Eurocopa en la que el tiqui-taca, me dice un amigo, gadita él -Gaditano castizo, popular, amante de las cosas de su tierra-, se ha quedado antiguacho. Muy antiguo. Tan envejecido como para considerarlo ya un estilo de juego pasado de moda. Y lo dice como si tamaña realidad le estuviera partiendo el corazón.

Y a mí se me ocurre responderle que jugar bien nunca pasará de moda.  Faltaría más. Pero que jugar bien es marcar goles, y que éstos se obtienen chutando a puerta; y también es primordial no recibir goles, o los menos posibles; los cuales se evitan defendiendo mejor. Ambas afirmaciones no necesitan demostración.

Los jugadores españoles incumplieron tales cometidos. Y ahora le toca al nuevo seleccionador trabajar duramente. Aunque sin oír o dejarse conducir por canto de sirenas, de historias pasadas, que no se volverán a repetir. No se trata de que el entrenador elegido llegue con la libreta del adanismo a cuestas, pues de ningún modo debe ignorar lo que aún es aprovechable de una época gloriosa. Pero el próximo técnico, sea el que sea, lo tiene difícil, más que difícil...

Hablando de dificultades, que me vienen como anillo al dedo para cambiar de tercio, cómo no acordarme del mal trago pasado por Francia -ayer por la noche- en su partido contra Alemania. El 4-1-4-1 ordenado por Joaquín Löw nos permitió ver a una selección francesa pasando el quinario. Por asedio ininterrumpido de unos rivales, dirigidos por Kroos y la misión concreta del veterano Scheweinsteiger -vaya nombrecito-, anulando las acciones de Griezmann, en su función como falso delantero o delantero flotante, durante la primera parte.

Los alemanes debieron resolver el partido en ese tiempo de fútbol esplendoroso con el que nos obsequiaron; pero cometieron errores imperdonables. Empezando por los centros fallidos de Joshua Kimmich; lateral que acaparó la faceta atacante por su banda. Nunca fue capaz de pasar el balón en condiciones de ser rematado por sus compañeros. Y, cuando acertaba, pocas veces, Müller evidenciaba su torpeza. Sigo sin entender cómo es posible que haya jugadores de primera línea que no miren al balón cuando lo golpean.

El penalti cometido por Scheweinsteiger, claro como el agua clara, lo indicó Rizzoli con cierta alegría; pero asimismo debió hacerlo cuando Kroos fue zancadilleado en el área de los franceses. A partir del penalti, tirado por Griezmann, los alemanes quisieron pero ya no pudieron. Los franceses están eufóricos, y no es para menos; jugarán en París, con arbitraje apropiado, y con un ídolo bendecido en estos momentos por los dioses del fútbol: Griezmann.

Tengo enorme interés en ver cómo el seleccionador portugués, Fernando Santos, intenta bajarle los humos a la estrella  de los azules: Griezmann. Decisión que depende de la sapiencia del entrenador portugués, eligiendo un  medio volante que marque implacablemente al jugador del Atlético de Madrid. Fubolista que sea capaz, además, de cumplir labores de central cuando las circunstancias del juego lo requieran.

¿Cristiano Ronaldo?  A lo mejor se alza en armas y deja a los anfitriones hundidos en la misería. Puesto que ya sabemos cómo se las gasta este portugués.







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