Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

sábado, 19 de noviembre de 2016

El Madrid arrolla al Atlético

Insistir, repetir, hacer hincapié en algo sin conseguir resultados es un ejercicio inútil que suele conducir a quien lo hace a darse por vencido. Pero, excepcionalmente, debido al conocimiento de lo que se opina, conviene persistir. Es lo que me ha pasado a mí cuando he estado diciendo que Zidane tiene suficientes jugadores para hacer del Madrid un equipo equilibrado en todas sus líneas y sobre todo la formación de  un medio campo monumental. Y hasta he aseverado, una y otra vez, fechas atrás, que el derbi lo ganaría el equipo que fuera capaz de dominar la parcela más importante del césped.

La parcela más importante del césped la ha ganado el Madrid en la primera mitad. Con una facilidad pasmosa aunque no exenta de trabajo y sacrificio por parte de todos sus jugadores. Lo fundamental era cerrarle los pasillos a los dos laterales del equipo rojiblanco: pues tanto Juanfran como Luis Filipe son defensas de largo recorrido y debido a su velocidad no sólo atacan sino que, además, son  soplos de aire fresco para Koke, Saúl y Gabi. Cortado ese primer enlace por parte de Bale y Lucas Vázquez, el Madrid lograba desactivar todas las líneas del equipo de Simeone.

Convencer a Bale, después de haber estado mucho tiempo en el Madrid jugando solamente mirando hacia la portería rival, que hoy le tocaba ser extremo en ataque y volante en cuanto su equipo no estaba en posesión del balón, es algo que Zidane  debió  hacerlo mucho antes. Misión que no hay que repetirle a Lucas Vázquez. Debido a que éste la desempeña por convicción.  Cierto es que al técnico no le quedaba otra solución al alinear a Isco. A la fuerza ahorcan.

Los cinco hombres del Madrid poblando la parcela central del Vicente Calderón se impusieron con rotundidad a los cuatro del equipo local. Koke, Gabi, Saúl y Carrasco. Es más, Isco, jugando a su aire, con sus defectos y sus virtudes, iba de un sitio bueno a otro mejor y hasta se permitía el lujo de perder balones sin que produjeran  sobresaltos en su portería. Ya que Kovacic se multiplicaba y Varane volvió a ser el jugador que nos encandiló a todos los madridistas desde que lo vimos jugar.

La posición de Isco, delantero falso con libertad de movimientos y tratando también de molestar a Gabi o a Koke cuando éstos estuvieran en condiciones de recibir el balón, dejaba sin referencia a uno de los centrales del Atlético. A veces a los dos. Lo que ocurría cuando Cristiano se situaba lejos de ellos y los incitaba a salir desde atrás. Semejante situación demostraba que hasta Simeone, tan celebrado tácticamente, puede tener un mal día. El entrenador argentino nunca supo contrarrestar la posición de los jugadores del Madrid.

En la segunda parte, los centrales del Atlético se fueron incorporando al medio campo sin balón. Lo que unido a que Isco ya no participaba de la misma manera que en la primera parte, los rojiblanco se vieron dominadores durante veinte minutos. Y hasta tuvieron ocasiones para marcar. Pero un contraataque del Madrid acabó en penalti y fin del partido. El tercer gol fue ya un premio extra para un equipo que lo hizo todo bien. Y para que Cristiano vuelva a sonreír.

El Madrid, siempre y cuando domine el medio campo, es un equipo ganador. Y cuenta con grandes jugadores para mandar en esa zona. Eso sí, para lograr tal menester conviene sacrificar a ciertos delanteros. O bien convencerlos de que han de rendir a la altura que lo ha hecho Bale esta noche. En cuanto a Isco, mucho me temo que no siempre le será posible a Zidane hacer una alineación y una táctica adecuada para que él se desenvuelva mejor. Lo cual no ha ocurrido nunca en un Madrid repleto de grandes futbolistas.

Isco cuenta con el favor de la prensa en general. Le celebran hasta las pérdidas de balón. Hoy, negarlo sería faltar a la verdad, ha jugado una magnífica primera parte. Con su estilo... Y además de venirle bien a su equipo, y a él, ha puesto en evidencia la torpeza de Simeone. Quien no ha sabido cortar de raíz la supremacía del Madrid en el medio campo. Los cambios no solucionaron nada por ambas partes.

Frase: Si el fútbol es un estado de ánimo, Kovacic está disfrutando de una energía incombustible.



  








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