Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 1 de noviembre de 2016

Pedro Sánchez metió la pata hasta el corvejón

Tirar de la manta. Descubrir aquello que interesaba mantenerse en secreto. Descubrir algo importante, delicado, espinoso. Ni que decir tiene que todos hemos sentido alguna vez la tentación de quemar las naves. Es decir, tomar una resolución extrema en un momento muy apurado; aunque ello signifique denunciar cosas peligrosas que pueden afectar gravemente a otras personas, instituciones u organismos. Aun a sabiendas de que tales acusaciones serán motivos de escándalo público e incluso pueden tener su efecto bumerán.

A medida que Pedro Sánchez, ex secretario general de los socialistas, iba respondiendo a las preguntas que le hacía Jordi Évole en el programa Salvados, evidenciaba tener más orgullo que don Rodrigo en la horca. Y un hombre orgulloso, cuando adelanta la pierna y ofrece el pecho, no se corta lo más mínimo en contar verdades. Las suyas, claro está. Que nunca serán verdades absolutas. Lo cierto es que la entrevista no dejó a nadie indiferente. Por más que ya fueran conocidas sus discrepancias con Susana Díaz y Felipe González y con el hecho de sentirse maltratado por los editoriales de El País.

Poco a poco, entre los deseos de darle a la sinhueso que tenía PS y la habilidad de JE, la entrevista me fue enganchando y decidí prestarle toda la atención posible. Incluso hubo momentos en los que llegué a estar de acuerdo con lo que denunciaba el defenestrado secretario general de los socialistas. Un secretario elegido, la verdad sea dicha, porque su apostura era -y sigue siéndola- la más idónea para seducir a los votantes. Y, posiblemente, porque la señora Díaz, al alimón con algunas viejas glorias del partido, pensaba que podía ser un hombre de paja.

De pronto, cuando menos lo esperaba, salieron a relucir los nacionalismos y Pedro Sánchez no dudó en responder a portagayola: Cataluña y el País Vasco son naciones. Y como tales hay que afrontrar sus reivindicaciones. Y lo primero que se me vino a la memoria es que en política es preferible un corrupto a un incompetente. Y me explico: Nacionalidades; palabra, origen de muchos líos, que nunca hubieran metido en su constitución los franceses que son más listos que nosotros.

Pedro Sánchez debería haberse ahorrado esa contestación y, cómo no, la de masajear a Pablo Iglesias y a Podemos. Por cierto, ¿se imaginan ustedes que habría sido de Cataluña si Napoleón la hubiera anexionado en su día, tal y como tenía previsto? Pues que los catalanes separatistas hubieran tenido que soportar el jacobinismo de los franceses sin rechistar. O bie recurrir a su tradición de guerra y guerrilleros dispuestos a lanzarse al monte al menor pretexto.

Resumiendo; a Pedro Sánchez le ha sentado como un tiro la entrevista que le hizo Jordi Évole. Y mucho me temo que a partir de ahora va a sufrir un calvario si se empeña en seguir adelante con su deseo de recuperar la secretaría general de un partido que entre todos han puesto al borde del abismo y que necesita de un milagro para reverdecer laureles. Pedro Sánchez, por muy dolido que esté, debe encararse con las horas adversas, con una serenidad absoluta, sin aspavientos ni histerismos. Eso sí. con el orgullo justo y dignamente.

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