Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 16 de diciembre de 2016

Manolo Sanchís Martínez

Durante los comentarios de Manolo Sanchís Hontiyuelo, correspondientes al partido Club de Fútbol América-Real Madrid, en la 1 de Televisión, atinados como es costumbre en él, me acordé una vez más de su padre: Manuel Sanchís Martínez; jugador del Madrid en los años sesenta y setenta. A Sanchís padre debo agradecerle que siempre que se hablaba de mí como entrenador no se cortaba lo más mínimo en darme mi sitio. Y lo hacía con claridad meridiana: "Tenerlo enfrente como entrenador es complicado; tan complicado como lo son sus equipos. Pero luego es un tipo con el cual da gusto alternar y charlar de lo que venga al caso".

Tales palabras las repitió la última vez que visitó Ceuta como entrenador del Parla y teniendo como testigo a Jesús Carretero. Aquel sábado, víspera del encuentro Agrupación Deportiva Ceuta-Parla, venía MS acompañado de su mujer, Elena Hontiyuelo. Cuya simpatía y entusiasmo por el fútbol hizo posible que conociéramos pormenores acerca de cuando se produjo el debut de su hijo -en Murcia- con el Real Madrid. Hecho ocurrido el 4 de diciembre de 1983.

La madre de Manolo Sanchís Hontiyuelo, ante la mirada risueña de su marido, nos puso al tanto de cómo Alfredo Di Stéfano, entrenador a la sazón, los llamó el día anterior para decirles que tenía pensado alinear a su hijo y a Martín Vázquez -ambos procedentes del filial- con el fin de que tuvieran la oportunidad de ver el partido. Y Elena nos explicó minuciosamente cómo emprendieron el camino en coche y se encajaron en Murcia. Con tanta ilusión como fortuna: puesto que el debutante marcó el único gol del  encuentro y que supuso la victoria del Madrid. Y cómo ella miraba a su alrededor y gritaba: ¡Es mi hijo, es mi hijo el que ha marcado el gol!...

Aquella noche, sentados a una mesa del Pub Tokio, yo le hablé a Elena Hontiyuelo, debido a que ella era esposa y madre de futbolistas, el día en el cual su marido se enfrentó a Garrincha en un Trofeo de Carranza, cuando la estrella brasileña era jugador del Flamengo. Sanchís padre actuaba ya como defensa lateral zurdo, siendo derecho. Y Garrincha, durante muchos minutos, lo llevó por la calle de la amargura. Hasta que Manolo entendió de qué manera había que ganarle la partida a un fenómeno cuyas piernas eran tan extrañas como diabólicas manejando el balón. Y lo anuló totalmente.

Entre risas, comentarios y anécdotas, MS quiso saber el motivo de mi retirada como entrenador, que se había producido dos años atrás, y si era definitiva o era, simple y llanamente, una excusa para descansar y  volver con renovados bríos. Mi respuesta fue que la decisión tomada no tenía vuelta de hoja. Que mi deseo, durante muchas temporadas, había sido entrenar en la máxima categoría. Y que había estado varios años a punto de lograrlo. Pero, unas veces por hache y otras por be, no cuajó mi fichaje en la entonces llamada Primera División.

A partir de ahí se habló de mi carácter ante mi complacencia y de otras muchas cosas que bien pudieron ser un lastre en mis aspiraciones. Algunas de ellas las compartía Jesús Carretero. Quien, debido a su afición al fútbol, se lo pasaba en grande. También yo quise saber si Manolo Sanchís Martínez estaba dispuesto a pasarse muchas temporadas como entrenador de Segunda División B. Y me dijo que no. Que muy pronto lo iba a dejar. Porque no merecía la pena trabajar duramente y sufrir tanto en una categoría donde primaba la escasez de medios. Desde entonces no he vuelto a encontrarme con Sanchís padre. Pero sí lo recuerdo cada vez que veo a su hijo en la 1 de Televisión.

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