Opiniones del Madrid-B.Dortmund

La línea medular del Madrid. Yo no creo que haya un equipo en el mundo que cuente en su plantilla con tantos y tan extraordinarios jugadores capaces de actuar en la línea medular. Llamada así porque constituye lo más importante y esencial de una cosa. He aquí los nombres de quienes se disputan un puesto en cada partido. Kovacíc, Modríc, Casemiro, Kroos, James, Isco y Marcos Asensio. Pero hay más: todos son de características distintas y varios de ellos no tienen el menor inconveniente en jugar en las mismas posiciones. Verbigracia: Modric y Kroos han demostrado autoridad suficiente para cubrir la baja de Casemiro, aunque aportando cualidades muy distintas a las del brasileño. James, Isco y Marcos Asensio rinden plenamente situados detrás del tenido por delantero centro. Y qué decir de Kovacic. Éste, además de ser poliglota, ha demostrado con creces que se adapta a cualquier misión y en todas da la impresión de que estamos viendo al José Martínez Pirri de sus comienzos. El problema radica -bendito problema- en que Zidane acierte, en cada momento, a la hora de elegir quienes juegan.


La defensa del Madrid. 

Parece mentira que vayan pasando los años y la dirección deportiva del equipo siga sin fichar a zagueros que sean zurdos o que sean ambidiestros -lo segundo es realmente difícil por no decir imposible- Todos los centrales actuales son diestros. Pepe, Varane, Ramos y Nacho. Lo cual no deja de ser un problema que impide que haya en esa línea una distribución racional. Y el hecho repercute negativamente en el rendimiento de todos los componentes de la zaga. A Sergio Ramos se le notan sus carencias actuando en ese lado. Y ya no tiene los recursos necesarios para ocultar sus insuficiencias. Las que suelen explotar sus rivales. Aubameyang abusó de ellas. De la misma manera que lo hizo Gerson Martins en los enfrentamientos contra el Sporting de Lisboa. Ramos, además, para jugar el balón desde atrás, usa y abusa por necesidad, del cambio de orientación. Recurso que empleado por sistema acaba siendo contraproducente. Tampoco son beneficiosas para el sevillano las alocadas intervenciones de Marcelo en ataque. La de ayer, por ejemplo, de haber errado otro futbolista, en la jugada que propició el empate del B. Dortmund, sería motivo de censura implacable. A Ramos lo están salvando sus testarazos en faltas y córneres. De no haber sido así, continuamente estaría puesto en la picota.

El Madrid-B.Dortmund lo vi en Being Sport.

Y estuve atento a la narración de José Sanchis. Nada que objetar de su voz ni de su dicción. Pero el hombre parecía haber visto la octava maravilla del mundo cuando a Marcelo se le ocurrió controlar un balón con el empeine de su pie izquierdo. JS soltó una exclamación tan exaltada como exagerada. ¡La Panocha!, que suelen decir en Cádiz de quien se admira de tamaña manera. Los glosadores fueron Jorge Valdano y Raúl González. Ambos tan criticados por sus comentarios en el partido jugado por el Madrid frente al Barcelona y que sentaron como un tiro a los madridistas. A propósito: Raúl González ha sido un futbolista extraordinario que no sólo triunfó en España sino que también lo hizo en Alemania. Pero para ser comentarista hace falta amén del conocimiento del oficio tener la facilidad de palabra que exige la comunicación. Y RG tiene un léxico muy pobre. Y, por tanto, se aferra a los tópicos. Dado que le cuesta lo indecible componer dos frases seguidas. Lo cual sucede ante la sonrisa conejil de un Valdano que mira a su alumno de modo comprensivo y disfrutando a la par de ver cómo éste es de cortas luces. En fin, nadie es perfecto.