Caminando
por la Avenida del Ejército Español veo venir en dirección contraria a Germinal Castillo. El mejor cuentista de esta ciudad, dada la
aceptación que han tenido sus “15
cuentos de Poniente y 1 de Levante”, se mantiene de pie gracias a la ayuda que
le ofrece su acompañante y también amigo de verdad, Fernando Rodríguez. Y lo primero que hago es
preguntarle qué le ha pasado. Puesto que como está de mal ya se ve a una legua.
Y lo primero que se le ocurre decirme es que está gafado. Vamos, que
se ha destrozado una rodilla por verdadera mala suerte. Germinal, según luego he sabido, parece ser que padece una de las
lesiones más graves de rodillas que se pueden producir: La Triada. Y que tienen como mejor solución la cirugía, siendo
recomendable la artroscopia. Ni que
decir tiene que, desde ahora mismo, pediré para que se nos ponga en las mejores
condiciones mi estimado Germinal Castillo.
Mohamed Chaib
Hace el
Ramadán y su cara es el espejo de cómo le sienta el ayuno corporalmente. Otra cosa es la espiritualidad. De mi
amigo, desde hace la friolera de 35 años, amén de recordar que siempre ha
estado a mi vera en los momentos en los que lo he necesitado, debo decir que
bien podrían ser aprovechados sus conocimientos sobre cuanto sucede en la
frontera. ¿Cómo es posible que haya
asesores de ciertas autoridades que no saben ni papa del asunto y, en cambio,
se desaprovechen los consejos de quien se conoce los asuntos de la frontera
como el que más sepa al respecto. En ocasiones, contar con alguien que transita la
calle a cualquier hora y que siempre tiene el oído presto y la palabra
oportuna, es mejor que hacerlo con licenciados en muchas materias. Pues conviene recordar que no
escasean los tontos con varias carreras.
La frontera
Han ido pasando los días y el problema fronterizo, como se vislumbraba, se ha enquistado. Se ha estancado de forma que ni llegan las soluciones ni se atisba una mínima esperanza de que
puedan producirse. Mientras tanto flota en el ambiente una especie de calma
chicha que puede dar paso a un temporal de respuestas contra quienes parecen
dejarse llevar por la inacción como el
mejor remedio para males de tal laya. Explicados están ya los motivos por los
que nuestro alcalde y el delegado del Gobierno han decidido hacer de don
Tancredo. Aunque sin aspirar, ni mucho menos, a superar sus miedos para
aguantar la embestida del toro que se ha
emplazado en el centro del ruedo. El toro, en sentido metafórico, quede claro,
está en el Ministerio de Interior. Y es allí donde el delegado del Gobierno
debe decir que él necesita que se le oiga, de una vez por todas. Y si
no se siente con la energía suficiente para defender a Ceuta, que es
precisamente su lugar de nacimiento, tampoco creo que dimitir sea ningún
sacrificio. Porque, en estos casos, pasa como con los entrenadores de fútbol; que muchas veces el sustituto, además de tener buen bajío, viene ya con medidas oportunas
para poner las cosas en su sitio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.