Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Santiago Vicente y Lorenzo Linares

Santiago Vicente y yo nos conocemos desde hace muchos años. Pero nunca nos dirigimos la palabra. Tuvimos ocasión de hacerlo pero ambos, y no me pregunten por qué, decidimos que no teníamos nada que decirnos. Algo incomprensible si nos atenemos a que él y yo somos muy dado a exteriorizar nuestras inquietudes. Hoy hemos coincidido en un restaurante de la calle Jaudenes. Justamente en la barra del local. Y, en menos que canta un gallo, hemos comenzado una conversación que ha durado más de una hora.

Charla fructifera porque nos ha permitido derribar esa barrera que nos ha estado separando durante mucho tiempo. Hemos hablado, entre otras cosas, de los medios de comunicación. Y a mí se me ha ocurrido contarle lo siguiente: un editor de un medio me dijo no ha mucho que no estaba legitimado para pedirme ningún favor porque me debía dinero. Y mencioné su nombre. Con otro, que también me dejó un pufo, suelo hablar cada vez que nos hallamos e incluso he salido a veces en defensa de algunos de sus actos. Y, sin embargo, jamás he tenido una palabra agradable para quien, siendo de la misma condición que los ya reseñados, sí tiene la buena costumbre de liquidar a sus empleados cuando se van o decide prescindir de ellos. Y Santiago Vicente ha dicho amén a mis afirmaciones.

Lorenzo Linares. Me cruzo con él en la plaza de los Reyes. Y, como siempre que ello ocurre, hacemos un alto en nuestro camino y nos ponemos a pegar la hebra. Y a fe que nos cunde. A Lorenzo lo conocí yo cuando estaba estudiando la carrera de Derecho. Y el fútbol era nuestro motivo de conversación. Luego, con el paso de los años, yo le hablaba de la Bahía gaditana. Sabedor de que él disfrutaba muchísimo con las cosas de Cádiz.

Hoy, en cambio, nuestra conversación se ha centrado en el grave problema que tiene España con los independentistas catalanes. Y, por si fuera poco, aparece José María Aznar y aviva el fuego. Por cierto, ambos nos hacemos la siguiente pregunta: ¿qué le ha pasado a Aznar que habla con un tonillo tan raro? En cuanto al desmadre reinante en Cataluña, dado que no es nada nuevo, porque los catalanes son insumisos irreductibles, que siempre han tenido en mente catalanizar España, sale a relucir el nombre de Luis Companys.

Y lo primero que hago es decirle a LL que muy pronto le voy a regalar El Penal de El Puerto de Santa María; libro escrito por mi paisano Manuel Martínez, y donde hay un capítulo más que interesante, ilustrado con fotografías del político catalán y de los consejeros que fueron encarcelados con él en ese centro penitenciario. Ah, en el libro viene la historia del asistente que le pusieron al golpista catalán en el penal, que es digna de ser leída.





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