Aperitivo ilustrativo

Hacía ya muchos días que yo no me daba mi vuelta por la calle Jáudenes y entraba en uno de sus bares a la hora del aperitivo. Ayer lo hice y coincidí con dos funcionarios curtidos en el arte de oír, ver y callar hasta donde ellos creen conveniente. Ambos son de fiar. Al menos es la impresión que yo sigo teniendo de quienes jamás me han dado motivo alguno para la sospecha. Puesto que han sido muchas las veces que hemos intercambiado opiniones y mantenido charlas sobre asuntos que exigían discreción. 

Una vez consumido el primer tiempo de nuestro hablar en dar cada uno nuestra versión acerca de los males que aquejan al Madrid. Los cuales siguen siendo insondables. A mí se me ocurrió decir que cualquier verdad que se diga al respecto es momentánea, y que todo conocimiento que no conduzca a la acción eficaz no es tal conocimiento. Porque conocer es saber cómo actuar. Y tengo la impresión de que ni Zidane sabe cómo hincarle el diente al problema que se le ha presentado cuando menos lo esperaba.

Uno de los interlocutores tuvo el acierto de expresarse así: "Yo creo que a Zidane le convendría seguir la regla de Rajoy ante los problemas de difícil solución". Y nos hizo reír. Y también  cambiar de tema (palabra tan gastada por el uso excesivo que de ella ha venido haciendo, en los últimos años, Francisco Miguel Nárvaez Manchón, más conocido como Kiko). El tema, el asunto, el motivo, o lo que ustedes quieran nominarle, que para eso son dueños de sus palabras, nos metió de lleno en la política local.

De Juan Vivas se habló muy poco. Y no crean que ese poco fue para estar de acuerdo con quienes ahora no dudan en ponerle como chupa de dómine. Sino para reconocer que hay muchas personas pertenecientes a la clase media que ya no se cortan lo más mínimo en hablar de JV en términos ofensivos. Son las mismas que antes estaban dispuestas a recibirlo bajo palio si así lo deseaba nuestro alcalde. Hay que ver lo que cambia el personal. Parece mentira las vueltas que da la vida. 

De Juan Vivas se pasó, y no me pregunten el porqué, a hablar de una mujer de la que nadie dice ni pío desde el año de la nana. Y no será porque no tuvo poder la señora... durante muchísimo tiempo y mandaba de tal modo que parecía estar entre las féminas más influyentes del PP a escala nacional. Por aquello de haber militado en el partido desde que vestía faldas plisadas y lucía calcetines blancos. Sí, acierta usted, claro que sí; estuvimos recordando, porque ella se lo merece, a Yolanda Bel: secretaria sectorial de la Mujer en el Comité Ejecutivo del Partido Popular. Y, por consiguiente, futura candidata a la alcaldía de Ceuta. Aunque no a una voz.