Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 8 de enero de 2018

Opinar a toro pasado es la peor de las opiniones

Quienes opinan de fútbol tanto en periódicos, radios y televisiones, convertidos en verdaderas estrellas del deporte rey, deberían decirnos, parafraseando a Johan Cruyff en relación con los entrenadores, por qué gana un equipo; por qué pierde; y por qué empata. Y además aportar soluciones para que continúe ganando o evitar seguir perdiendo. Y hasta sería muy conveniente, dado lo considerado que están como glosadores, que nos anticiparan defectos tácticos que acabarían generando problemas más pronto que tarde en el equipo analizado.

Los comentaristas, algunos dando muestras visibles de engolamiento, deberían adelantar acontecimientos. Decirnos, en los días victoriosos, como ha sido el caso del Madrid, los graves defectos tácticos que terminarían afectando a todo el conjunto. Y no haber esperado al desastre generalizado que se está produciendo para salir dando lecciones magistrales de los motivos que tiene Zidane para corregir muchas cosas en el equipo blanco. Aquí cabe decirle a Jorge Valdano, pues le viene como anillo al dedo a sus últimos pareceres, que ¡a buenas horas mangas verdes!...

La plantilla del Madrid es amplia y extraordinaria. Verdad de Perogrullo que se atrevió a decir este modesto escribidor hace tres temporadas. Y además escribí que el 4-4-2 era la distribución de jugadores que mejor le sentaba al conjunto. Dado que contaban con los futbolistas adecuados para evitar que por las bandas sufriera el equipo de Zidane, debido a la anarquía reinante de sus laterales. Sobre todo en el caso de Marcelo. Cuya aportación al ataque, y aunque lo apruebe el sursuncorda, no compensaba, ni compensa, el desbarajuste que sus subidas crean en todas las líneas.

Las bandas del Madrid, cubiertas por Lucas Vázquez y Marco Asensio -capaces de regresar a sus demarcaciones en cuanto se perdía el balón, y de cubrirles las espaldas a sus laterales y hasta de penetrar por las bandas como auténticos extremos, abriendo a los rivales, e incluso dando quebraderos de cabeza a sus marcadores cuando se adentraban por el interior- permitían que ni Modric ni Kroos necesitaran ayuda de ningún otro volante. Ya que ambos conservaban siempre su posición en el terreno de juego.

Así, el equipo, amén de no perder casi nunca el orden, buscaba la puerta contraria por el camino más corto y moviendo el balón con velocidad y casi siempre a los espacios libres. La irrupción de Casemiro como escudo de la defensa -mediocentro defensivo-, y el deseo manifiesto de contar con Isco para que aportara magia (?), fue creando, a pesar de los triunfos, un desequilibrio entre líneas que muchas veces acababa en desorden generalizado. Desastre que los comentaristas silenciaban porque la calidad individual de los jugadores terminaba imponiéndose.

Pues bien, a estas alturas me parece una broma de mal gusto que alguien salga diciendo, aunque ese alguien sea nada más y nada menos que el glosador Valdano, que los equipos, refiriéndose al Madrid, "no se caen desde un precipicio, de la noche a la mañana, sino que van bajando por una cuesta y pierden confianza poco a poco. Y que ha llegado el momento en que la crisis parece haber infectado a todo el conjunto".

La explicación podría ser mejorable, tratándose de alguien a quien tanto le gusta filosofar. Pero conviene recordar que Valdano ha defendido a Benzema contra viento y marea. Despreciando olimpicamente a Mariano, como un posible sustituto, en su momento. Que él sigue convencido de que Marcelo es muy grande en ataque. Sin percatarse de que las subidas continuas de Marcelo condicionan a otros jugadores. Porque más que jugar han de estar todo el tiempo pendiente de hacerle las coberturas correspondientes. Hasta hace nada y menos, aún defendía que a Isco había que dejarle jugar a su libre albedrío. Y qué decir de sus opiniones acerca de Ramos: nunca se atrevió a decirnos que, por esa banda, los rivales se adentran con una facilidad pasmosa.

Por consiguiente,  me cabe decir que haber denunciado defectos individuales y generales cuando los triunfos del Madrid se sucedían, atreviéndome incluso a ir contracorriente cuando opinaba que el juego del Madrid nunca debería someterse al ritmo que marcaba Isco Alarcón -jugador de moda-, argumentando al respecto, muchas fueron las críticas recibidas por parte de quienes jamás han vivido el fútbol desde un banquillo. Pero el tiempo nos pone a todos en nuestro sitio.















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