Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 1 de febrero de 2018

La importancia de los defensas

Muchas son las veces en las que hablando de fútbol, no dudo en aprovechar la ocasión para recordar a Manuel Ximénez de Cisneros, fallecido en 2008. Nuestra amistad surgió siendo él secretario del Colegio Andaluz de Entrenadores. Yo sabía, como todos los técnicos, que era un gran defensor de nuestros derechos y sobre todo que siempre estaba dispuesto a escucharnos atentamente. Así que acudíamos a su presencia atiborrados de confianza.

Yo desconocía que don Manuel estaba siguiendo mis comienzos como entrenador en la provincia de Cádiz. Hasta que un día se presentó en mi casa Pepe Herrera -a la sazón dirigente del Écija Balompié- para proponerme que me hiciera cargo del equipo astigitano por encontrarse abismado al descenso. Tras llegar a un acuerdo, decidimos comer en Casa Flores; restaurante situado en la Ribera del Marisco de mi pueblo: El Puerto de Santa María.

Durante la sobremesa, mi siempre recordado PH me contó lo siguiente. Cuando el secretario del Colegio de Entrenadores Andaluz te recomendó como entrenador, me habló así: "Ten la completa seguridad que De la Torre obrará el milagro que le vais a pedir... Pero también te adelanto que es un tipo de mucho carácter y que tomará decisiones que tal vez no sean del agrado de los directivos. Porque puedan pareceros disparatadas".

Una de esas medidas a las que se refería el secretario del Colegio Andaluz de Entrenadores era cambiar el sistema defensivo del equipo que había empezado dando tumbos desde el principio del Campeonato. Puesto que la cifra de goles en contra era para echarse a temblar. En cambio, los goles a favor estaban al mismo nivel de los equipos que antecedían al Écija en la clasificación.

Recuerdo que en el primer partido fuimos capaces de ganarle al Sevilla Atlético. Y se hizo mediante una disciplina espartana en el cometido defensivo. Y, cuando aún estaban los directivos celebrando la victoria, intervine yo para estropearles el disfrute. Y lo hice de tal guisa: necesito que fichen ustedes a dos defensas. Y hasta mencioné sus nombres. Quienes eran desconocidos para ellos.  Por la modestia de ambos. 

Los directivos me hicieron caso, claro que sí; porque habían decidido confiar en mí. Y el equipo astigitano permaneció en la categoría. Pues los jugadores contratados ayudaron a defender mejor a la par que se mejoraba en ataque. Compensación entre líneas que nos permitió hacer los goles justos en la misma medida que nos marcaban menos.

Por lo cual me parece una memez que ahora se sorprendan los que se tienen por cabezas de huevo de la prensa futbolística de que los grandes clubes estén pagando mucho dinero por defensas. Y hasta los hay, esto es, periodistas reputados, que nos informan de que a ellos les han contado ciertos jugadores de cómo en los entrenamientos, cuando se jugaban los partidillos entre defensas y delanteros, siempre ganaban los primeros. Cuando el asunto sigue siendo muy simple: los defensas defienden mejor y cuando atacan encuentran poca o nula resistencia en los delanteros.


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