Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 22 de marzo de 2018

Yo conservo un grato recuerdo de Higinio Obregón

A mí me nacieron en El Puerto de Santa María. Así que no hay día en que me vaya  a la cama sin haber leído antes Gente del Puerto. Habitantes de El Puerto de Santa María; sitio web de sociedad y cultura. Con el fin de enterarme de cuanto sucede en mi tierra y en la que permanecen parte de los míos. Hoy he conocido el fallecimiento de Higinio Obregón Aguado. Portero nacido en Madrid y que, tras pasar por varios equipos, acabó su vida deportiva en el Racing Club Portuense.

De Higinio Obregón conservo yo un grato recuerdo. Corría la temporada 71-72 y el Racing Club Portuense, entrenado por mi admirado Ventura Martínez, era incapaz de lograr los resultados que se habían vaticinado al principio de la temporada, dada la calidad de los componentes de su plantilla. En un momento determinado de la segunda vuelta, el Xerez que se hallaba dando tumbos en Segunda División, requirió los servicios de Ventura. Y la directiva, presidida por Bernardo Sancho, decidió acceder a los deseos de su entrenador y de paso solicitó mis servicios.  

Se jugaba el último tercio de la temporada cuando yo llegué a un equipo que estaba al borde del descenso. En un grupo donde galleaban Cartagena, Murcia, Eldense, A D Ceuta, Balompédica Linense, Ilicitano, Jaén, Badajoz, Recreativo de Huelva, Linares... Y lo primero que hice fue pedirle a Obregón, que figuraba como portero en la plantilla, que me ayudara en las sesiones de entrenamiento; al considerar yo que él ya no estaba en condiciones de ser titular pero sí de servirme de enlace con los jugadores. Y Obregón, bueno como guardameta y excelente cual persona, me fue de mucha utilidad en ese tramo final de Liga que se jugó en el viejo campo de Eduardo Dato.

Cito de memoria: el último partido de Liga fue con el Ilicitano; tras la victoria y habiendo logrado el equipo no sólo eludir el descenso sino que, además, se clasificó entre los siete primeros, los jugadores, alentados por mi siempre querido y admirado Manuel Gómez Barrera, Manolín, me pasearon a hombros. Luego, tres o cuatro días después, Portuense y Cádiz -éste dirigido por José Antonio Naya- se enfrentaron en partido amistoso para celebrar el cierre del viejo campo y pasar al Estadio José del Cuvillo. A cuya inauguración acudió el Real Madrid con todas sus figuras.

Las explicaciones por las que quien escribe, tras el éxito obtenido, no siguió al frente del equipo de su tierra, el único que las podría haber dado en su momento era Bernardo Sancho. Quien tras fallecer Antonio Torres Santiago -secretario técnico- en accidente ferroviario, aprovechó las circunstancias para no renovarme. Eso sí, jamás pensó el citado Sancho que yo volvería al José del Cuvillo por la puerta grande. Y allí estuve tres temporadas dirigiendo a un equipo modesto que jugaba como uno de los grandes de la categoría.

Descanse en paz Higinio Obregón Aguado.




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