Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 20 de junio de 2018

España sufre lo indecible para ganar

Decir que la Selección Española es superior a la de Irán es verdad de Perogrullo. Y por consiguiente los iraníes estaban obligados a jugar como lo hicieron durante el primer tiempo. Con todos los futbolistas metidos en su campo y despejando balones lejos de su área para evitar pérdidas  innecesarias, ante la presión del equipo dirigido por Fernando Hierro.

En la primera parte tuve la impresión de estar presenciando un partido de solteros contra casados. Dando por hecho que los segundos estaban sobrados de carnes y faltos de aliento. Pero se empleaban con disciplina espartana y sin sonrojarse por practicar el patadón y tente tieso y las correspondientes pérdidas de tiempo para ir sembrando dudas entre quienes consideraban mejores en todos los aspectos.

Válgame el ejemplo para decir que España jugó mal el primer tiempo. Muy mal.  Porque jamás logró contraatacar en ningún momento. Lo cual se debió a dos cosas: la primera es la buena labor defensiva llevada a cabo por la modesta selección asiática. La segunda es que el fútbol de nuestra selección es alérgica a jugar con la velocidad requerida cuando el rival ofrece esa oportunidad.

Pero hay más: cuando los iraníes se metían todos atrás, muy atrás, Piqué, Ramos y Busquets se quedaban sin misión defensiva. Por no tener rivales a quienes marcar. Y todo lo que nos sobraba detrás nos faltaba delante. Donde Diego Costa no recibía un balón en condiciones porque sus asistentes se entretenían en jugar a su aire. Sus asistentes eran Isco, Iniesta y Silva. Ninguno, que yo recuerde fue capaz de poner a prueba al portero de Irán.

Tampoco Lucas Vázquez y Carvajal estuvieron lúcidos en sus ataques por la banda derecha. Lo cual les impidió ir socavando el orden defensivo impuesto Carlos Queiroz. En fin, que el empate a cero de los primeros 45' resultaba inquietante para las aspiraciones del combinado español. Menos mal que José Antonio Camacho -patriota fetén-  nos animaba cada dos por tres: "¡Vamos España, que eres la que mejor se asocia en el mundo!".

Mas el gol de España no llegó mediante ninguna asociación de sus jugadores. El gol lo hizo posible la diosa Fortuna que se alió con Diego Costa, por medio de un rebote en su rodilla que se introdujo en la portería defendida por Beiranvand Corría el minuto 53 y nadie esperaba que  la Selección Iraní fuera capaz de transformarse en un equipo bien distinto. Un equipo que tuvo tres ocasiones claras de empatar el partido. Practicando un fútbol recio con el cual llegar muy pronto a los dominios de De Gea. Demostración palpable de que cada cual juega como sabe y quiere.

Lo importante es la victoria, claro que sí; pero es necesario reconocer que España, alineando a  tantos mediapuntas, tenidos por magos del fútbol mundial, sufre lo indecible para marcar un gol. Pues priman más los pasecitos cortos y horizontales, las fintas, los regates y un sinfín de arabescos. Todos encaminados a deslumbrar a la concurrencia pero nada prácticos. En esta ocasión, nos han salvado la rodilla de Diego Costa y el VAR. Todo vale. Pero la Selección Española no tira a puerta. ¿Por qué será?   






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.