Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 28 de junio de 2018

Reconocer sus fallos le dignifica


Sergio Ramos. Desde hace tres temporadas, más o menos, vengo yo censurando los defectos más acusados del central del Madrid y de la Selección Española. Mis críticas, que en ocasiones han sido consideradas excesivas por parte de algunos amigos y además tan madridistas como servidor, o incluso más, han respondido siempre a los fallos cometidos por el jugador. Errores de bulto reiterados, achacables a que nunca supo jugar bien a pierna cambiada. También dije, en ocasiones, que actuando como central en la derecha, SR no hubiera sido tan vulnerable. De hecho, todos los jugadores más veloces del mundo, cuando se enfrentan al jugador nacido en Camas, tratan de explotar sus deficiencias. Debido a su cintura de hierro y a una pierna izquierda con muchas limitaciones. Amén de que sus giros son pésimos de solemnidad. A favor de él, además de sus descomunales y valiosos remates de cabeza en partidos trasncendentales, conviene decir que nunca ha exigido jugar en el lado derecho. ¿Por qué? Fechás atrás, decidió reconocer sus fallos.

Marco Asensio. Cuando jugaba en el Español, cedido por el Madrid, yo hacía todo lo posible para sentarme ante el televisor para ver los partidos del equipo 'perico'. Daba gusto ver al mallorquín mover el balón a uno o dos toques; conducirlo con velocidad; y cambiar de ritmo con una facilidad pasmosa, buscando siempre la portería rival. Tiraba a gol desde la media distancia y sus pases eran medidos y casi siempre perpendiculares y al espacio libre. Al que acudía el compañero más rápido. Su llegada al Madrid me produjo mucha satisfacción. Sobre todo porque salía al terreno de juego del Bernabéu sin acusar la grandiosidad del escenario. Poco a poco, la prensa, como suele ocurrir tanto en el Madrid como en la Selección, le iba negando a Marco Asensio los ditirambos merecidos, mientras que alababan desmesuradamente a otros compañeros con menos méritos. Marco Asensio es un jugador cuyo rendimiento es insuperable siempre y cuando juegue desde el principio y con misión concreta. Misión adecuada a sus muchas cualidades. Las cuales le proporcionan una condición de futbolista extraordinario. Debería irse al Liverpool.

Bernardo Schuster. De él se hablaba poco en estos momentos. Y, en cuanto le preguntaron sobre la Selección Española, debió pensar rápidamente que sólo hay una cosa en el mundo peor que estar en boca de los demás, y es no estar en boca de nadie. Y largó... de Fernando Hierro. De quien dijo que carece de experiencia como entrenador de altura. Vamos, que le viene muy grande el cargo de seleccionador. Cierto  es que el malagueño se ha visto, de la noche a la mañana, metido un berenjenal. Lío que ha elegido convencido de que puede concederle el derecho a vivir en la cresta de la ola nuevamente. Se lo está jugando todo a una carta. Aun sabiendo que si no consigue el título será vilipendiado y hasta puede que le cueste su cargo como director técnico de la RFEF. En cambio, si el exjugador del Madrid, aliado con la suerte, fuera capaz de hacer Campeona del Mundo a España,  seguramente acabaría siendo nombrado marqués de la calle Larios. En fin, que uno, aunque no comulga con muchas de las tonterías que se dicen acerca del estilo de juego de nuestro equipo, conocido popularmente como tiqui-taca, estaría dispuesto a hacer una novena si acaso Fernando Hierro alcanzara tamaño éxito.

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