Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

sábado, 1 de septiembre de 2018

Magnífico partido del Madrid

Comenzó jugando el Madrid más que bien. Sus primeros 20' fueron para enmarcarlos. Corría el balón con velocidad y precisión. Y el  golazo de Bale era la culminación a tan extraordinario entendimiento entre líneas. Marcelo, más contenido en ataque, hacía posible que Ramos no sufriera apenas cuando atacaba el Leganés. Cierto es que al carecer de balón el equipo pepinero era un conjunto a la deriva.  Cuyo único afán consistía en esperar los balones largos de su portero para aprovechar la segunda jugada o quedarse en campo del Madrid para entorpecer el juego del equipo dirigido por Julen Lopetegui.

Cuando todo parecía de color de rosa para los locales, Casemiro derribó a un rival dentro del área y Carrillo empató de penalti. El empate sumió al Madrid en un letargo que duró hasta que el árbitro indicó el término de la primera parte. Y, naturalmente, todo lo bueno habido en ese primer tercio del encuentro quedó oscurecido. Fueron minutos en los cuales el Leganés sin hacer nada del otro mundo provocó nervios y desaciertos en los jugadores del Madrid. Aunque tampoco creó ocasiones de gol.

Nada más reanudarse la segunda parte, Benzema, que estaba jugando un excelente partido, remató de cabeza un centro preciso de Marco Asensio. El árbitro, tras anularlo, consultó con el VAR y acabó concediendo validez a un tanto de muy buena ejecución.  A partir de ahí el Madrid volvió a ser dueño de la situación y Benzema consiguió su segundo gol. El cuarto lo obtuvo Ramos de penalti.

Ni que decir tiene que el Leganés se vino abajo. Era ya un conjunto repleto de jugadores cabizbajos, cansados, muy cansados, y que pedían a gritos  que el árbitro indicara el camino de los vestuarios. Los cambios realizados por Lopetegui para dar minutos a Isco Alarcón, Dani Ceballos y Lucas Vázquez, sirvieron para que los aficionados se divirtieran con una ruleta magistral del jugador nacido en Arroyo de la Miel y para que el Madrid ensayara durante media hora el el archinocido tiquitaca. 

Con el tiquitaca, estilo de gran vistosidad, pero carente de gol, ocurrió algo que no es nuevo. Pero que perjudica notablemente a uno de los jugadores más en forma del Madrid actual: es decir, a Gareth Bale. Quien se aburre como una ostra cuando recibe el balón al pie y no a los espacios libres para poder disputar la pelota con su ya reconocida potencia: fuerza más velocidad. Hizo muy bien Lopetegui en cambiarlo. Porque si el Madrid juega así, el galés puede acabar siendo víctima de una nueva depresión. Lo cual sería volver a las andadas. 

En suma, magnífico partido del Madrid y gran actuación de Benzema.

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