Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 28 de diciembre de 2018

La política es un juego de imaginativos y de tramposos

Vengo observando que hablar de VOX en cualquier reunión no está bien visto. Quizá porque lo conservador tiene en España poco crédito. Porque se relaciona con el intento de conservar a favor de la clase instalada. Sin caer en la cuenta de que esa clase está compuesta, mayoritariamente, por políticos que decidieron participar en la política activa cuando vestían pantalones cortos y aún viven de ella. 

Un político es cualquier ciudadano que tenga la suficiente influencia para conseguirles a sus familiares prebendas como también a quienes formen parte de ese clientelismo que le permita permanecer en el cargo cuando apenas les funciona ya el caletre. No creo necesario mencionar nombres que están en la mente de todos. Eso sí, algunos siguen ofreciendo el paraíso a sus fieles. Una mentira atractiva pero inexistente.

Cualquier persona que tenga dos dedos de frente sabe que la irrupción exitosa de VOX en las elecciones andaluzas ha sido necesaria. Pues sin sus diputados no hubiera sido posible acabar con 36 años de socialismo en una tierra que estaba pidiendo a gritos un cambio. Porque todo parecía ya momificado en las instituciones. Donde se había impuesto ya ese Vuelva usted mañana del que renegaba  Mariano José de Larra.

A Juan Manuel Moreno -candidato del PP y futuro presidente de la Junta- no se le cae de la boca la palabra cambio. Sin caer en la cuenta de que una transformación con solvencia no puede realizarse más que a través de un largo esfuerzo. Pues la sociedad de una comunidad tan grande no es un escenario, con un tinglado de esceonografía y de telones, que pueda cambiarse de un día para otro. Sobre todo cuando desde Madrid no sería extraño que se encargaran de enseñar a los andaluces lo que vale un peine...

Ahora bien, al margen de los problemas reseñados, la coalición que gobernará Andalucía, formada por el PP y dos ramas desgajadas de su árbol político, como son Cs y VOX, podrá a partir de ahora gobernar en muchos otros sitios. Siempre y cuando prime entre ellos la voluntad de servicio a los españoles. Sin disidencias programáticas ni de objetivos. Tarea complicada, sin duda alguna. Ya que los políticos no son de fiar.

Y la razón es evidente: el protagonismo de los políticos impone siempre situaciones recurrentes o maléficas. Ya que son muy dados a observarse unos a otros para hacerse mil diabluras. Porque, como dijo alguien, cuyo nombre no recuerdo, la política de la concurrencia o la competitividad es un juego de imaginativos y de tramposos. Aunque a veces se proponen servir y hacer cosas en beneficio de los ciudadanos. Ojalá que VOX emprenda esa senda.




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