Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 11 de marzo de 2019

El dandismo de Ramos y el regreso de Zidane


Un amigo mío, desde que vestíamos pantalones cortos y cuyo madridismo data de ese tiempo, me llama para ponerme al tanto de lo mucho que sufrió ayer por la noche durante el partido Valladolid-Madrid. Manolo Muñoz Aparicio, debido a nuestra amistad, no se corta lo más mínimo en decirme, una vez más, que se me nota mucho la fijación que tengo con Sergio Ramos. A quien considera un jugador extraordinario.

-Yo no lo pongo en duda -le contesto-. Pues nadie accede a la plantilla del Madrid siendo una medianía. Y mucho menos si está en condiciones de exhibir la trayectoria futbolística del capitán de un equipo considerado el mejor del mundo. Aunque eso no obsta para que uno pueda criticarle sus defectos crónicos y, por qué no, su necesidad imperiosa de lucir su dandismo.

No olvidemos que el dandi se siente el ombligo del mundo y lo único que pretende es causar un determinado efecto con su insolente egoísmo y el solo propósito de satisfacer su vanidad. Su viaje a Valladolid fue una muestra evidente de su exagerado narcisismo. Y, por si fuera poco, hoy hemos sabido que no ha dudado en entrevistarse a sí mismo. 

A las tres de la tarde se produce la noticia: ZZ será presentado como entrenador antes de que el día llegue a su fin. Con lo cual el Madrid ha destituido ya a dos entrenadores en apenas ocho meses. Los damnificados han sido, como ustedes bien saben, Julen Lopetegui y Santiago Hernán Solari. Quien regresa no quiso continuar por una razón muy sencilla: estaba obligado a prescindir de algunos jugadores con quienes había ganado lo indecible. Y sobre todo porque nunca es agradable ponerse al frente de la renovación de una plantilla.

Tarea que desgasta tanto como animadversión sienten los despedidos hacia quien les indica la puerta de salida. Algunos dijeron en su día, y también recientemente, que ZZ le había hecho una trastada a Florentino Pérez. Por dejarlo en la estacada. No cabe la menor duda de que el técnico francés estaba convencido de que su decisión llegaba tarde e inesperadamente. Pero estaba en su perfecto derecho de renunciar a su puesto.

Pues nadie está obligado, salvo necesidad o valor desmedido, a hacerse cargo de algo en lo cual no cree. El problema de ZZ es que ahora no podrá eludir la renovación de la plantilla. Mas antes, en vista de que aún quedan once partidos de La Liga Santander, está obligado a ganarlos casi todos. Y cabe preguntarse lo siguiente: ¿le sacarán las castañas del fuego los jugadores que están condenados a emigrar?







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