El arte de la conversación pacífica

Un punto de partida para vivir juntos, para convivir sin violencia entre gente con referencias o valores religiosos, sexuales y políticos distintos, es dominar el arte de la conversación pacífica. La cual, aunque no consiga llegar a acuerdos concretos sobre nada, al menos permite que nos vayamos acostumbrando los unos a los otros por medio de la palabra.

Durante varios días los enfrentamientos verbales entre políticos de diferentes partidos han traspasado los límites de lo concebible. Los intercambios de insultos han generado un malestar indecible entre quienes aspiran a vivir en paz en una ciudad donde no conviene olvidar sus circunstancias... Las cuales deberían ser más que conocidas por cuantos han nacido en Ceuta.

Los habrá que tratarán de quitarle hierro al asunto alegando que todo cabe en las precampañas o campañas electorales. Pero no es así. Ni mucho menos. Pues las heridas producidas por acusaciones repletas de odio exacerbado, siempre dejan huellas. Por consiguiente, bien harían los políticos en ser más responsables cuando hacen declaraciones o mitinean. 

Menos mal que Fatima Hamed, la líder de El Movimiento por la Dignidad y Ciudadanía (MDyC), ha cortado de raíz los enfrentamientos para volver a la senda que le corresponde como política ya experta en todo lo relacionado con los intereses de Ceuta. Sobre todo en servicios que son indispensables para esta tierra y que nunca ha logrado un presidente que lleva 18 años en el cargo. 

Fátima Hamed se ha dirigido a los socialistas, dando por hecho que el inquilino del Palacio de la Moncloa será Pedro Sánchez, para advertirles de la necesidad que tienen sus representantes en el Congreso y en el Senado de alzar la voz para que, de una vez por todas, esta ciudad deje de carecer de servicios indispensables. Y no ha dudado en enumerarlos.

Implantación de una clínica de radioterapia. Ampliar la plantilla sanitaria. Eliminar el copago sanitario para los jubilados, así como el estudio para construir un cuarto centro de salud. También ha recordado cuestiones relacionadas con la educación y la vivienda. En rigor, lo que ha hecho Fátima Hamed es lo que le corresponde como política. Ojalá que haya servido para que la violencia verbal no vuelva a producirse.