Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 4 de junio de 2019

La mentira es el ladrillo básico de los buenos modales


Mi caminata de mañana me ofrece en ocasiones la oportunidad de toparme con algún conocido que no duda en pararse conmigo y que, tras los saludos de rigor, aprovecha el momento para preguntarme sobre cuestiones relacionadas con lo que escribo. Los hay que me muestran su disconformidad acerca de alguna que otra opinión futbolística o política, emitida por mí, con la educación y sosiego correspondientes. Otros, en cambio, no dudan en decirme que están de acuerdo en relación con algún parecer publicado.

A mi interlocutor -de hoy- lo he hallado transitando por la playa de El Chorrillo. De la que seré, ya mismo, asiduo bañista. Y lo primero que me ha dicho es que se me nota muchísimo la escasa simpatía que le tengo a Juan Vivas. Debo decir que su expresión, además de relajada, daba muestras evidentes de querer tirarme de la lengua. Sobre todo cuando me recordó que Vivas había vuelto a ganar las elecciones sin bajarse del autobús.

Mi reacción no se hizo esperar: nuestro alcalde, que estaba más perdido que el barco del arroz, ha contado con el apoyo de su clientelismo... El cual, aunque ha ido descendiendo cada año, aún suma muchos votos. También conviene reconocer que ha derrochado ilusión a raudales. Esa que todo candidato debe exhibir ante los ciudadanos. Y, naturalmente, tuvo la suerte de que el candidato socialista no supiera aprovecharse del desgaste político de quien lleva dieciocho años sentado en la poltrona.

-De acuerdo, Manolo, de acuerdo... Pero alguna virtud habrá de tener el que tú llamas nuestro alcalde.

En principio, te diré que es capaz, según tengo entendido, de poderse dormir a ratos en cualquier parte, en el momento que lo desea. Eso le permite no estar nunca cansado y poder dedicar a sus actividades los horarios más extremos que puedan concebirse. Ese don lo tenía Napoleón Bonaparte. Y, por si no lo sabes, Juan Vivas es su más rendido admirador. Hasta el punto de que no hay día en el cual no lea su biografía.

-Bromas aparte, Manolo, también habrá pesado en los votantes su modestia, su naturalidad...

Yo no creo que a Juan Vivas le guste, a estas alturas de su vida, que se destaque de él la modestia. Pues tengo la certeza de que está convencido de lo que dijo en su día el inolvidable Tony Leblanc: "La modestia es la virtud de los tontos". En cuanto a la naturalidad, la conocida también como llaneza, se tiene o no se tiene, no se puede impostar. Tampoco pasa nada por no tenerla; siempre cabe explotar otras virtudes. Y a fe que nuestro alcalde las tiene. Faltaría más.

-¿Te atreves a decirme una?...

La mentira es el ladrillo básico de los buenos modales. Siempre hay gente que sostiene que la verdad es a veces inoportuna; desfavorable. Siempre hay figuras públicas que reniegan de la verdad. A eso se le llama pensar con sentido político. Beni de Cádiz, cantaor, bailaor, y humorista, lo definió así: a la gente les gusta que les mientan, son felices con la mentira.

-A propósito, Manolo, ¿tú crees que la intranquilidad reinará en las sesiones plenarias?

Cuando el partido que gobierna no tiene mayoría absoluta está siempre sometido a la fiscalización más dura por parte de la oposición. Y a Vivas le tocará sacar a relucir, más que nunca, esa vena de taimado que le achacan propios y extraños. No olvidemos que la astucia en política es un tesoro. Pero no conviene adelantar acontecimientos.




















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