Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 19 de agosto de 2019

Ecos del triunfo del Madrid en Balaídos


El aplauso es un comportamiento convencional, sinónimo de aprobación social y, en principio, potente reforzador de las conductas aplaudidas. Esto es válido en  prácticamente todas las situaciones: deportes, teatro, entrega de calificaciones o diplomas, etc. Aunque los artistas, de verdad, no niegan que son ellos quienes han de animar al público y no al revés. Verbigracia: Lola Flores no se cansaba de airearlo.  

Siempre se ha dicho que aquel a quien los dioses quieren destruir, primero hablan maravilla de él. Celebran sus excelencias hasta la náusea. Lo ponen en un pedestal. Y se extasían contándonos el placer que sienten viendo actuar a alguien. En el fútbol español, los dioses son todos aquellos cuyas palabras escritas y habladas son difundidas por los medios más importantes. Tribunas espléndidas desde las cuales no dudan en convertir en mito, mediante relatos falsos, a quienes ellos creen conveniente.

Las personas cercanas a Gareth Bale, tras el partido en Balaídos, han salido a la palestra para decir que no están entusiasmadas con los elogios recibidos por el futbolista galés, dado que en España las critícas ásperas se producen en la misma medida que los piropos abundantes e innecesarios. Declaraciones oportunas y sobre todo repletas de sentido común. Pues tienen asumido que a Bale le volverán a zurrar la badana, en cuanto se les presente la ocasión, todos los que no le pueden ver ni en pintura.

Por cierto, he leído en el diario ABC -¡qué lejos quedan aquellas tercera que uno leía con fruición en el periódico que dirigía Luis María Anson!- por qué se produjo el cambio futbolístico experimentado por el Madrid en Vigo. Y me ha dejado patidifuso. Voy a limitarme a copiar literalmente lo que el hacedor del artículo pone en boca de Zidane. Aunque por cuestiones de espacio me veo obligado a resumir.

Las claves del cambio de Zidane.

"Para volver a ganar hay que defender todos, ayudarse en las coberturas, vigilar cada uno a su par y encargarse de él. No puede haber rivales liberados del marcaje. Y eso lo tienen que hacer los jugadores que poseen mucha calidad y están acostumbrados a crear y ser los marcados. Los capitanes aleccionan: lo líderes de la plantilla fueron los primeros en apoyar el plan del entrenador. Hablaron con sus compañeros en la cocina del vestuario de la necesidad de mejorar en la disciplina táctica y en los ejercicios de un esquema que exige que todos trabajen en grupo".

Juzguen ustedes el párrafo entrecomillado. Tanto su contenido como su estilo y redacción. Para mí no hay por dónde cogerlo. Eso sí, se me ocurre decir lo siguiente: ¿se imaginan ustedes a Marcelo, como segundo capitán, aleccionando a sus compañeros sobre la obligación que tienen de sacrificarse en los marcajes cuando los contrarios sean los poseedores del balón? 

















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