De higos a brevas suelo yo adentrarme en las tripas de este blog para conocer los artículos que han sido más leídos. Y, según las visitas, los voy calificando de aprobados, notables o sobresalientes. Hoy he pasado revista y debo decir que el dedicado a Javier Guerrero -el 28 de septiembre de 2016- va camino de ganarse un sobresaliente. Lo cual indica el interés que despierta en Ceuta el archiconocido especialista en enfermedades del sistema digestivo.
Destacaba yo entonces el aprecio que muchísimos ceutíes le tienen al profesional de la medicina, y asimismo lo bien que había sentado su elección como concejal del Partido Popular. Javier Guerrero cumplirá dentro de unos meses, si la memoria no me falla, cuatro años como concejal de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, cargo que viene compaginando desde hace poco tiempo con sus obligaciones como especialista en el Hospital Universitario. Dando muestras evidentes de que también en la política activa ha sabido ganarse la estima de tirios y troyanos.
La popularidad de Javier Guerrero, debida a la confianza que en él han depositado los enfermos, queda expresada en lo que uno ha escuchado infinidad de veces en la calle: "Si sigo con estas molestias en el estómago, mañana sin falta estoy pidiendo cita para que me vea Javi Guerrero". Tratamiento que evidencia cariño suficiente para que el don quede fulminado de un plumazo. Pero hay más: me han dicho que los ciudadanos no dudan en acercarse a él como político en la misma medida que lo hacen en el Hospital.
Y uno, que a veces decide pensar en cosas buenas, comienza a preguntarse si nuestro distinguido especialista en enfermedades del sistema digestivo no será el futuro alcalde de Ceuta. Sí, ya sé que JG jamás daría ese paso sin el consentimiento del presidente del PP. Dada la amistad que le une a Juan Vivas. Pero yo tengo el presentimiento de que el todavía alcalde vería con buenos ojos que en un momento determinado fuera su compañero de partido y consejero como médico quien le sustituyera como alcalde accidental. Como previa preparación para la campaña electoral siguiente.
Ya sé que lo que estoy diciendo va a ser tachado de meras elucubraciones por parte de algunos. Incluso podría considerarse por otros como un adelanto de mi particular celebración del Día de los Santos Inocentes. Aunque muchos más no lo verán imposible ni mucho menos que esa decisión no sea una salida airosa de nuestro alcalde de un cargo que lo ha desgastado hasta límites insospechados. Y que de seguir empeñado en continuar como primera autoridad de la ciudad, amén de acabar exhausto, bien pudiera causarle más problemas que satisfacciones.
En rigor, a mí me agradaría sobremanera ver a Javier Guerrero postulándose como alcalde de esta tierra. Pues tengo la certeza de que ganaría las elecciones como Helenio Herrera ganaba los partidos: sin bajarse del autocar.
Destacaba yo entonces el aprecio que muchísimos ceutíes le tienen al profesional de la medicina, y asimismo lo bien que había sentado su elección como concejal del Partido Popular. Javier Guerrero cumplirá dentro de unos meses, si la memoria no me falla, cuatro años como concejal de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, cargo que viene compaginando desde hace poco tiempo con sus obligaciones como especialista en el Hospital Universitario. Dando muestras evidentes de que también en la política activa ha sabido ganarse la estima de tirios y troyanos.
La popularidad de Javier Guerrero, debida a la confianza que en él han depositado los enfermos, queda expresada en lo que uno ha escuchado infinidad de veces en la calle: "Si sigo con estas molestias en el estómago, mañana sin falta estoy pidiendo cita para que me vea Javi Guerrero". Tratamiento que evidencia cariño suficiente para que el don quede fulminado de un plumazo. Pero hay más: me han dicho que los ciudadanos no dudan en acercarse a él como político en la misma medida que lo hacen en el Hospital.
Y uno, que a veces decide pensar en cosas buenas, comienza a preguntarse si nuestro distinguido especialista en enfermedades del sistema digestivo no será el futuro alcalde de Ceuta. Sí, ya sé que JG jamás daría ese paso sin el consentimiento del presidente del PP. Dada la amistad que le une a Juan Vivas. Pero yo tengo el presentimiento de que el todavía alcalde vería con buenos ojos que en un momento determinado fuera su compañero de partido y consejero como médico quien le sustituyera como alcalde accidental. Como previa preparación para la campaña electoral siguiente.
Ya sé que lo que estoy diciendo va a ser tachado de meras elucubraciones por parte de algunos. Incluso podría considerarse por otros como un adelanto de mi particular celebración del Día de los Santos Inocentes. Aunque muchos más no lo verán imposible ni mucho menos que esa decisión no sea una salida airosa de nuestro alcalde de un cargo que lo ha desgastado hasta límites insospechados. Y que de seguir empeñado en continuar como primera autoridad de la ciudad, amén de acabar exhausto, bien pudiera causarle más problemas que satisfacciones.
En rigor, a mí me agradaría sobremanera ver a Javier Guerrero postulándose como alcalde de esta tierra. Pues tengo la certeza de que ganaría las elecciones como Helenio Herrera ganaba los partidos: sin bajarse del autocar.
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