Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 5 de agosto de 2021

Laconismo y nepotismo

Lacónico. Uno de los hábitos que a los niños espartanos se les enseñaba era el de ser parcos y comedidos en el  hablar. La región a la que pertenecía la ciudad de Esparta -y la primera que conquistó- se llamaba Laconia. Así pues, ser parco en palabras es ser lacónico. El ejemplo más famoso de ese habla "lacónica" ocurrió en el año 338 A:C. cuando el reino griego de Macedonia dominaba Grecia. Solamente Esparta permanecía aislada. El rey macedónico Filipo II envió un mensaje a los espartanos, con el propósito de asustarlos, que decía así: "Si invado Laconia, dejaré Esparta a ras de suelo". La respuesta espartana contenía una sola palabra "Si"...

Del laconismo de Gareth Bale se ha venido hablando desde que llegó al Madrid. Y también de que se hace tirabuzones con los consejos que le dan. Pero, con la llegada de Carlo Ancelotti, innumerables madridistas están convencidos de que el galés no sólo hablará por los codos sino que será pieza indiscutible en el equipo. Tienen la fe del carbonero. La fe de los simples de corazón, en palabras de Unamuno. Quien escribe ha sido uno de los que ha confiado en la resurrección futbolística de Bale durante mucho tiempo. Craso error. Así que necesito meter el dedo en la llaga... 


Nepotismo. Hasta el papado de Gregorio VII en 1073 el celibato no fue impuesto obligatoriamente entre el clero católico. Antes de esa fecha los sacerdotes católicos no eran verdaderamente célibes pues, aunque no se casaran, tenían relaciones irregulares y consecuentemente hijos ilegítimos. Alejandro  VI, que llegó a ser papa en 1492, tenía varios hijos naturales -incluyendo la famosa Lucrecia de Borgia- por los que sentía un gran amor y usó su influencia para proporcionarles todo tipo de seguridad económica. 

Los prelados no podían llamar "hijos" a sus hijos, de manera que los llamaron sobrinos. Cuidarse de los hijos (o de otros familiares) se llamó, pues, nepotismo, del latín "nepos" (sobrino ). El vocablo se usa actualmente referido a preferencias familiares, aunque no sea de la Iglesia, como cuando el jefe de una empresa da un cargo cómodo y bien remunerado a un yerno. Por consiguiente, mal haría Ancelotti en contar con su hijo como segundo entrenador del Madrid. 

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