El 4-3-3 del Madrid en el Olímpico de Kiev

Cualquier sistema de juego es bueno si se cuenta con los jugadores adecuados para llevarlo a cabo. Aunque el 4-3-3 no deja de ser una distribución rígida de los futbolistas y por tanto previsible para los rivales. Es un recurso útil para los equipos que juegan con funciones limitadas; es decir, sin medios capaces de dar la talla en el ataque. Puesto que la figura del media punta brilla por su ausencia. El Madrid, sin embargo, con ese dibujo, goleó al Shajtar Donetsk en el Estadio Olímpique de Kiev y, además, jugando a muy grande nivel.

Triunfo conseguido mediante un gran rigor táctico de mucho orden en las líneas y de una gran compenetración de los jugadores para no crear deficiencias tácticas. La defensa merengue conectó muy pronto con el centro del campo. Ese paso adelante llevaba consigo el alejamiento de los delanteros ucranianos y, por supuesto, el que Kroos y Modric, con su dotes técnicas, gozaran de la oportunidad de enviar balones a los espacios libres para Vinicius y Rodrygo. Dos extremos abiertos a las bandas como exige el sistema ya reseñado y con Benzema jugando como es habitual en él. 

El Madrid dominó la situación desde que principió el partido. Sus jugadas acababan siempre en disparos a la portería defendida por un Trubin dubitativo e inseguro. Pero el primer el gol lo marcó Kryvtsov en propia puerta. En la segunda parte llegaron los tantos de Vinicius. El primero, tras una jugada perfecta entre Benzema y Modric; el segundo se celebró como le correspondía al golazo del brasileño. El cuarto lo obtuvo Rodrygo (a propósito: ojalá que éste consiga mantener una regularidad en su juego que le permita ser insustituible). Y Benzema logró el quinto. 

El- 4-3-3 dio resultado en esta ocasión. Mas Ancelotti sabe que ese sistema es frágil en cuanto los extremos no cumplan con su doble misión; o sea, atacar y defender sin descanso. Ah, Courtois intervino lo justo y, como siempre, muy bien.