Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 30 de enero de 2022

Nadal ha vuelto a poner una pica en Flandes

Yo soy espectador televisivo de casi todos los partidos que juega Rafael Nadal. Y, desde luego, no me pierdo una final. Hoy, sin embargo, se me fue el santo al cielo y acudí a la cita cuando Daniil Medvéded había ganado el primer set y estaba a punto de ganar el segundo. Lo cual se produjo muy pronto. Debido a que el jugador ruso se mostraba muy superior. No obstante, y a pesar de la categoría del rival, estaba convencido de que el manacorí terminaría cambiando el sino del partido. Una seguridad basada en las gestas a las que nos ha acostumbrado el mejor deportista español de todos los tiempos.

Nadal es el espejo en cual llevan mirándose los jóvenes desde que el mallorquín principió a destacar en el mundo del tenis. Sus éxitos, que son innumerables, jamás se le han subido a la cabeza. Ya escribió Albert Camus que lo más difícil del éxito no es conseguirlo sino merecerlo. El arquetipo de esa aseveración es Nadal. Un tipo que realiza su trabajo con entrega absoluta, con esfuerzo inusitado, con sentido del deber. Y, por si fuera poco, el respeto por sus rivales le ha otorgado el afecto de ellos y la admiración a escala mundial. 

Los hay convencidos de que el éxito te hace un treinta por ciento más estúpido y que el fracaso te ayuda a pensar quién eres, en qué fallaste... y nos recordará, además, que entre la vanidad y la estupidez hay una distancia muy fácil de saltar. Rafael Nadal es todo lo contrario: sus éxitos le han servido para saber que la realidad consiste en no ser excesivo en las manifestaciones victoriosas ni tampoco culpar de las derrotas al maestro armero. La educación de Nadal al respecto reluce en todo momento. 

RN juega al tenis con una pasión que invita a mucha gente a pensar que no domina la mente en los momentos cruciales. Es decir, cuando el partido exige tener los interiores refrigerados. Craso error. Verbigracia: hoy ha vuelto a demostrar el control de sus emociones ante un rival extraordinario: Daniil Medvedev. Ganaba el ruso por dos sets y se mostraba confiado en su más que posible victoria en el Grand Slam de Australia. Pues bien, Nadal pasó, en un amén, de la derrota a la victoria. 

Victoria que le ha permitido ganar su 21º Grand Slam. Dejando atrás a dos tenistas inconmensurables: Federer y Djokovic. Castigado por las lesiones, hace un mes nadie daba un duro por la presencia de Nadal en la Arena Rod Laver; recinto deportivo australiano. Pues bien, el mallorquín, además de participar en el torneo, lo ha ganado: ¡Enhorabuena -Nadal-, menuda pica en Flandes! 






 

  



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