Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 18 de abril de 2022

El Sevilla se encogió frente al Madrid en la segunda parte

Durante el descanso del Sevilla-Madrid imaginé a Julen Lopetegui diciéndole a sus jugadores lo siguiente: "Sigan atacando por la banda derecha, pues tal y como ya sabíamos, Carvajal es un coladero cuando juega a pierna cambiada". Lo cual es conocido aquí y en la Conchinchina. Lo que me  asombra es que Carlo Ancelotti no cayera en la cuenta de que estaba jugando con fuego al tomar esa decisión. Y sobre todo que no enmendara su error sobre la marcha. 

La banda derecha del Sevilla es siempre la que agita los partidos. Debido a que Navas tiene licencia para sumarse al ataque por el pasillo que le abren sus compañeros de ese costado, y así fue frente al Madrid. Con Lamela desmarcándose hacia los adentros y sembrando las dudas en Alaba y Militâo. Ambos dieron muchas facilidades a sus rivales, al tratar de tapar el agujero que propiciaba la actuación de Dani Carvajal. Fueron veinte minutos de dominio absoluto del Sevilla; coronados por dos goles. 

El primero lo marcó Rakitic (21') de falta. Aprovechando el hueco dejado por Militâo en una barrera de pitiminí. Y el segundo lo obtuvo Lamela, tras un fallo defensivo, en el minuto 25. El Pizjuán vibró pensando no sólo en la victoria de su equipo sino porque sus moradores presagiaban una goleada. El Madrid, sin embargo, pasó el mal trance con el único objetivo de no encajar el tercer tanto. El gol de Rodrygo (50') fue el revulsivo que necesitaba el líder de la Liga Santander. Pues a partir de ese momento no hizo sino buscar la victoria mientras los nervios cundían en el conjunto hispalense.

La superioridad del Madrid en la segunda parte fue manifiesta...; culminada con goles de Rodrygo, Nacho (83') y Benzema (92'). El Madrid volvió a demostrar que nunca se rinde. Que jamás da un partido por perdido. Lo cual es una verdad incuestionable. Semejante axioma pone de los nervios a sus adversarios incluso cuando se ven por delante en el marcador. Se aturrullan. Se encogen. Y acaban desquiciados. El Sevilla, uno de los grandes equipos de la Liga Santander, pasó ayer por semejante brete. 

 

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