Partido correspondiente a la final de la FA Cup. Disputado en el mítico Estadio de Wembley. Hubo prórroga y se resolvió por penaltis. El ganador fue el Liverpool. Rival del Madrid en la final de la UEFA Champions League. Me imagino que el encuentro le habrá servido a Carlo Ancelotti para comprobar, una vez más, la importancia que tiene Thiago Alcántara en su equipo. Cierto es que hoy no ha brillado como lo hiciera en la eliminatoria frente al Villarreal, debido a que Kanté estuvo muy cerca de él. Pero volvió a demostrar que es una pieza vital en el centro del campo del equipo de la ciudad de The Beatles.
Thiago Alcántara tiene la misión de poner en juego a Salah, Mané y Luis Díaz. Cuyos desmarques propician espacios libres para que el balón les llegue en las mejores condiciones a ellos o a compañeros que luego acaban las jugadas con centros o pases medidos. El futbolista español se siente respaldado en su labor por centrocampistas que nunca pierden su posición. En esa misión cabe destacar a Fabinho.
Salah se lesionó muy pronto y abandonó el terreno de juego. También acusó molestias Van Dijk: zaguero con experiencia y que, dada su calidad, sería una baja notable para Jürgen Klopp en la final. En suma, El Liverpool es un magnífico equipo, sin duda alguna; pero el Madrid lo es también... Y además está habituado a jugar finales y a ganarlas. O sea.
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