Lamento los despidos de entrenadores

El Atlético de Madrid sufrió lo indecible para ganarle al Oporto. Hasta el punto de que el gol de Griezmann llegó cuando quedaba un suspiro para que acabara el encuentro. Partido que bien pudieron ganar los visitantes. Pero lo impidieron Oblak y la falta de puntería de los portugueses. La incertidumbre del resultado provocó que el publico protestara ruidosamente las decisiones tomadas por Diego Pablo Simeone, apodado como "El Cholo". El cual lleva once años como entrenador rojiblanco.  

Así que los aficionados -siempre ávidos de novedades-, en cuanto su equipo no da la talla, piden a voz en cuello la destitución del técnico argentino. Avalado, cito de memoria, por diez u once títulos. Que no son pocos. Mas los hinchas nada más que piensan en el presente. Así pues, considero que estar tres años como técnico en un club son suficientes. Y que a partir de ahí le conviene a éste cambiar de aire. Nunca me he cansado de repetirlo: es mejor salir por la puerta grande y regresar algún día si se es reclamado por los dirigentes del equipo.

Verbigracia: Julen Lopetegui era hasta hace nada un entrenador valorado y admirado en Sevilla. Ciudad en la que se vive muy bien y se disfruta de las grandes fiestas de cada estación. Pues bien, de la noche a la mañana, debido a cuatro derrotas consecutivas, ha pasado de estar en la cresta de la ola a salir de allí, si los resultados no cambian, con cajas destempladas. Vamos, con malos modos, de mala manera. Puesto que las destituciones ni son agradables ni están exentas de amargura en el despedido. Por más que los profesionales repitan como papagayos que ese es el sino de los entrenadores. Yo sé de lo que hablo y, por consiguiente, lamento los despidos de entrenadores.