!A mí, Kroos, que los arrollo...!

El Gol de Rüdiger me hizo recordar al conseguido por Belauste, con la selección española, y que quedó instalado como hecho fundamental de la "furia española". Ello ocurrió en los tiempos de Maricastaña. Pero la frase del mediocentro vasco en Amberes sigue siendo recitada de memoria a cada paso: "¡A mi, Sabino, que los arrollo...!" 

El central alemán le había pedido el balón a su compatriota Toni Kroos, como hace casi siempre que se incorpora al ataque en faltas o corners. Haciendo los gestos de quien está dispuesto a jugarse el físico con rivales de considerable estatura y sobre todo en un espacio en el cual puede salir hecho un eccehomo por los puños del portero. El tiempo añadido por el árbitro se acababa y la derrota del equipo blanco ya se daba por descontada.

Las heridas de Rüdiger en el rostro, según nos cuentan, han necesitado de muchísimos puntos de sutura. Por lo que me temo que no pueda jugar frente al Barcelona. Precisamente cuando tanto él como Militäo se entendían, cada vez más, y sobre todo porque forman un dúo con suma facilidad para dominar el juego aéreo tanto en ataque como en defensa. Amén de la velocidad que atesoran. Y si acaso decidiera arriesgar, con o sin careta, el rendimiento nunca sería el habitual. 

Del partido cabe decir que el Shaktar Donetsv fue mejor que el Madrid durante gran parte del encuentro. Así que el gol de Zubkov (45') fue el premio que merecieron los ucranianos. El autor del tanto fue de los mejores junto a Sudakov, Stepaneko y Mudrigk. Los dos primeros se hicieron dueños del centro del campo y el tercero se aprovechó de las debilidades que viene mostrando Carvajal. Ancelotti le dio otra oportunidad a Eden Hazard, situándolo cerca de Benzema, y otra vez sucedió lo que otras veces; es decir, que el jugador belga, desgraciadamente, empobrece la labor que desempeña el francés jugando a su libre albedrío. 

También es verdad, y negarlo sería engañarse, que Vinicius estuvo desangelado: falto de esa gracia futbolística que anima el cotarro y pone de los nervios a sus marcadores. Quienes acaban por no dar pie con bola. Situación que ni pintiparada para que el Madrid resuelva los partidos. En lo tocante a la irregularidad de Rodrygo es algo que necesita remedio cuanto antes. Puesto que de actuaciones magníficas pasa el brasileño a ser intrascendente

En fin, creo conveniente usar este último párrafo a fin de opinar lo siguiente: hace ya tiempo que Ancelotti tendría que haber resuelto qué jugador será el habitual en el centro del centro del campo. Puesto de vital importancia. De no hacerlo, seguirá generando dudas entre todos los destinados a ocupar esa demarcación. Quienes, además, no gozan de la misma protección periodística que tenía, por ejemplo, Casemiro. 

Ah, se me olvidaba: para jugar el sistema 4-3-3, con dos extremos veloces, grandes regateadores y que acaban centrando desde los costados, la carencia de rematadores de cabeza desmerece la labor tanto de Vinicius como de Rodrygo. Menos mal que a balón parado los centrales aprovechan sus oportunidades.