Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 24 de marzo de 2023

Luis Soriano: amigo de verdad

La palabra amigo está gastada de tanto usarse en vano. Por lo que conviene administrarla en pequeñas dosis. Mis amigos, que los he tenido, han sido pocos. Lo que sí tengo es una legión de conocidos. Mi amistad con Luis Soriano Gómez es añeja. Lo recuerdo haciendo malabares con una pelota en la Plaza de El Polvorista de El Puerto de Santa María. Nuestro pueblo. Cuando Luis era un niño, le dije un día que yo era admirador de su hermano Manolo. Éste fue futbolista destacado del Racing Club Portuense desde 1948 hasta 1962. Incluso le hablé del buen tándem que formaba con Laínez en el centro del campo.

Lejos estaba yo de pensar, en aquel entonces, que iba a terminar mi actividad profesional como futbolista, compartiendo equipo con Luis. El cual me recuerda, cada vez que hablamos, los consejos que yo le daba sobre cómo actuar en el centro del campo. Dado que yo lo hacía como mediocentro y él deambulaba por mi costado izquierdo. Mi paisano tenía una pierna de caoba: la izquierda. Era incansable en el bregar y se comportaba, a pesar de su juventud, como un veterano curtido en mil batallas. No se arredraba en ningún campo ni ante ningún rival. E imponía su eficacia en el terreno de juego. 

El Club Deportivo Málaga, al que llegó procedente del Portuense, lo tuvo cedido al Atlético Malagueño. Hizo una magnífica temporada en el Villarrobledo. Y, siendo jugador del Racing Portuense, jugó la liguilla de ascenso a Segunda División contra el Alavés. Destacando sobremanera tanto en Mendizorrosa como en el campo de Eduardo Dato. Recinto abarratado por aficionados que confiaban ciegamente en un ascenso que se daba ya por hecho. Aquella derrota es siempre recordada en mi tierra como un accidente que nunca debió producirse. 

He aquí, contado por encima y de memoria, el bagaje futbolístico de mi amigo Luis Soriano Gómez. Quien, un buen día, fue a mi encuentro para decirme que aceptara hacerme cargo de la Sociedad Deportiva Ibiza. Dado que el equipo ibicenco era el último de su grupo. La propuesta no era la mejor. La verdad sea dicha. Máxime cuando yo entrenaba al Écija y además tenía un puesto de trabajo extraordinario en la Base Naval de Rota. Pero Luis, conociendo lo mucho que a mí me gustaba arriesgar, logró convencerme tras darme 24 horas para pensarlo y tomar las decisiones oportunas para viajar a las islas Pitiusas.

Mi estancia en Ibiza fue extraordinaria en todos los sentidos. Debido a que un equipo que ya había sido condenado al descenso, por tirios y troyanos, acabó salvando la categoría. Y Luis Soriano se lo pasó en grande con Juan Gallego; secretario técnico del club y paisano nuestro. El cual llevaba ya muchos años residiendo en Ibiza. Con Luis he disfrutado de muchos momentos buenos. Y me consta que no se cansa de airear lo mejor de mí. Proceder que nunca podré agradecerle en su justa medida. Así que ser amigo tuyo, sin duda alguna, me ha sido muy fácil.  Un abrazo, amigo de verdad. 




 




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