Decía yo ayer, o anteayer, que para el caso es lo mismo, que el Madrid es un equipo grande que encaja muchos goles. De ahí la superioridad manifiesta que viene evidenciando el equipo 'culé' en la Liga. Y aprovechaba el comentario para recordar que la victoria del Barcelona en el Bernabéu (0-1) -en el partido de ida de la Copa del Rey- obligaba a los visitantes a buscar la portería defendida por Ter Stegen a tumba abierta. Portero que destaca sobremanera. En suma, que el Barcelona era el favorito para jugar la final en el Estadio de la Cartuja (Sevilla). En el florido mes de mayo.
Mi pronóstico no se cumplió. Es decir, que los visitantes no sólo ganaron sino que lo hicieron a lo grande: Marcando cuatro goles. Todo principió de esta guisa: Courtois salvó un gol cantado y en la jugada siguiente, cuando la primera parte estaba dando las boqueadas, Vinicius batió a Ter Stegen. Tanto que le sentó como un tiro a los hombres dirigidos por Xavi Hernández. Así que la segunda parte fue de dominio claro y contundente de los visitantes.
Y, claro, semejante superioridad fue aprovechada por Benzema para obtener otro hack trick en la segunda parte del encuentro. Del delantero francés, aunque se me tache de redoblar el tambor, cabe decir que será muy difícil buscarle sustituto. Y lo malo del asunto es que su edad es la que es y su retirada, por ley de vida, está cada vez más cerca. Mientras tanto es una gozada verle actuar en esa posición de nueve falso... La cual, además de desquiciar a su marcadores, culmina sus jugadas con goles. Y si no que se lo pregunten a los del Barça; pues tanto Koundé como Araujo sufrieron de lo lindo.
Mas el partido tuvo otras cuestiones dignas de ser destacadas. Verbigracia: la actuación de Camavinga. El internacional francés ha dicho en repetidas ocasiones que jugar de lateral no le hace ni pizca de gracia. Que se siente incómodo en esa posición. Que se ve encorsetado. Y si no ha dicho que se aburre es porque, sin duda alguna, se expondría a que le cayera la del pulpo. Aun así, a los opinantes les cuesta lo indecible reconocer que cumple más que bien en cualquier sitio. A los hechos me remito: ayer anuló a Raphinha y de paso pudo con Gavi cuando el de Utrera pasaba por su lado.
Vinicius volvió a desatar las iras de los aficionados culés y de sus adversarios en el terreno de juego. Por el miedo que produce su velocidad y sus regates en carrera. Araújo, que es defensa que impone respeto por su corpulencia y porque es un jugador de categoría; ya juegue como zaguero central o en un costado, las pasó canutas para evitar que el brasileño le desbordara, más veces de las debidas, con el consiguiente peligro para Ter Stegen. Máxime cuando el extremo blanco logró el primer tanto en el 45+1. Es decir, que el uruguayo se fue a los vestuarios a lamentarse más que a descansar.
El centro del campo del Madrid tardó nada y menos en imponerse al del Barcelona. Modric contribuyó a que Busquets rindiera menos de lo que es habitual en él. O sea, que el de Sabadell no tocó bola. Debido a que el croata le ganó la partida. En suma: el Madrid fue mejor y ello se tradujo en goles... Cuatro. Una goleada que no es moco de pavo. El equipo blanco, por consiguiente, jugará la final de la Copa del Rey en el Estadio de la Cartuja.
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