El guardameta belga, tras trabajar duramente a fin de superar una grave lesión, ha vuelto con la moral subida de tono y no ceja en su empeño de airear que desea ser titular en la final de la Champions League que se jugará en Wembley. Sus actuaciones evidencian la seguridad que tiene en sí mismo y cómo la transmite a sus compañeros. Ayer, una vez más, cortó de raíz las ocasiones que tuvo el Alavés. Courtois domina el juego aéreo y además no necesita estar en acción permanente a fin de no perder el oremus cuando lo obligan a mostrar su agilidad en balones a ras de suelo.
El Madrid, con la seguridad de su sistema defensivo, comenzó a marcar goles muy pronto: Jude Bellingham inauguró el marcador en el minuto diez. Vinicius obtuvo sus tantos en el 27' y 70', Valverde en el minuto 45 y Güler hizo el quinto cuando el encuentro estaba dando las boqueadas. Goleada que pudo ser mayor si el equipo blanco no hubiera pensado en esa cita que tiene en el mítico Wembley con el Borussia Dormunt. Cita a la que el equipo dirigido por Ancelotti llegará como campeón de la Liga Santander y con una sola derrota durante toda la Competición. La cual, todo hay que decirlo, le sirve al Atlético para sacar pecho cada dos por tres.
A propósito de Arda Güler: Ancelotti le dio pocos minutos y el turco hizo lo de siempre; aprovecharlos para marcar su gol. Así que el entrenador del Madrid no tuvo más remedio que destacarlo de esta guisa: "Tengo la impresión de que el balón está enamorado de Arda". El romanticismo de don Carlos salió a relucir una vez más. En suma, el Madrid no cesa de ganar. Y sus rivales, hasta el momento, reconocen que el equipo merengue está de dulce y que ganarle está al alcance de muy pocos adversarios. O sea...
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