El Madrid comenzó la temporada mirando a sus adversarios por encima del hombro. Convencidos sus jugadores de que podrían ganar con el mínimo esfuerzo. Y perdieron nueve puntos en 16 partidos de La Liga Santander. Tampoco en la Champions League -su competición preferida- le está yendo bien. Conviene recordar que perdió frente al Liverpool y ayer fue derrotado por el Manchester City. Es decir, que en cuanto le ha tocado medirse con equipos de calidad no ha podido superarlos. Cierto es que tales derrotas no le impedirán seguir adelante en la Competición Europea. Aunque no ofrece garantías de llegar a la final. Puesto que sigue dando pruebas evidentes de una debilidad defensiva apabullante.
Cuando Rodrygo abrió el marcador -minuto 28- se acabó el dominio de un Madrid ante un rival que había puesto a prueba varias veces a Thibaut Courtois. Y éste volvió a demostrar que es capaz de obrar milagros deportivos. A propósito: ojalá que el cancerbero belga no tuviera que destacar tanto; pues ello sería prueba evidente de que el sistema defensivo de su equipo funciona como mandan los cánones. Semejante debilidad, sobre todo por el lado de Carreras, lo aprovechó Cherki para enlazar con el siempre pelogroso Eder Haaland y asimismo con O'Reilly. El cual empató en el minuto 35 y Haaland marcó el segundo de penalti cuando el primer tiempo estaba a punto de acabar.
El Madrid estaba repleto de bajas. Muchas pertenecientes a la línea defensiva. Pero la que echó de menos fue la de Kylian Mbappé. El delantero francés se ha convertido en una pieza vital del Madrid. Capaz de hacer goles salvadores incluso cuando su equipo no domina la situación. Xavi Alonso probó a Jude Bellingham como delantero centro flotante. Y el resultado no fue el apetecido en esta ocasion. En fin, ojalá que el fiasco ante el Manchester City no influya negativamente en los jugadores en el próximo partido de La Liga. Pues ello sería, posiblemente, el fin de su entrenador en el banquillo.