Pobre y corruptos priman en España

A prima mañana, mientras se me avisa para desayunarme, me pongo a leer los periódicos digitales, y hay dos noticias que me encocoran. Vamos, que me irritan hasta extremos insospechados y, por consiguiente, me hacen bisbisear impropios contra quienes son causantes de los hechos a los que me voy a referir. El primero trata de la pobreza que reina en España. El segundo es sobre la corrupción. Injusticias y corrupciones siempre las ha habido, como siempre hubo pobres y ricos. Pero conviene aseverar que tales situaciones siempre han conducido a la decadencia de España.

Terrible es echarse abajo de la cama y enterarse de que los españoles pobres y en riesgo de exclusión social siguen aumentando. De momento han alcanzado ya la nada despreciable cifra de 12.866.431 personas. La tasa AROPE suma a las personas con renta por debajo de 8.110 euros/año; es decir, los que tienen baja calidad de empleo y problemas de consumo básico. En una palabra, al paso que vamos, que no es moco de pavo, muy pronto veremos deambular por las calles a muchísimas personas macilentas, flacas, descoloridas y siendo portadoras de esa tristeza congelada que causa esa canina que es hambre muy mala.

El aumento de la pobreza se nos dice que es debido a la precariedad de los empleos, al número de trabajadores empobrecidos y al de aquellos que padecen privación material severa. Con lo cual, como no puede ser de otra manera, se resalta que uno de cada diez españoles se retrasa en el pago de sus recibos. ¿Ha pensado alguien en cómo están creciendo los hijos de esas familias que viven en la miseria o bordeándola? ¿Son conscientes los gobernantes que ante tanta pobreza,  injusticias y corrupciones puede estar germinando la semilla de un odio acérrimo hacia ellos?

Los hijos de esas familias, llegado su día, no tendrán el menor reparo en decir, sin avergonzarse, que en algunos momentos de tan severa carestía llegaron a odiar a sus padres. Amén de envidiar con todas sus fuerzas a los niños que disfrutaban de todo mientras ellos se iban a la cama llorando por tener la andorga vacía. El llanto de un niño hambriento es de las cosas más horribles que uno puede oír. Yo, en los años grises de nuestra posguerra, lo pude oír por doquier. Y sería intolerable que otra vez tuviera que hacer oídos sordos a tamaña desgracia. Mediten, pues, al respecto.

La segunda información, causante en gran medida del aumento de la pobreza, es la que nos relata cómo la policía estaba a punto de detener a 90 políticos y empresarios en Andalucía por meter la mano en las subvenciones de los cursos de formación. Las detenciones, que ya han empezado a las 9 de la mañana de este martes, que es cuando escribo, en Cádiz, Málaga y Almería, forman parte de la 'Operación Edu'. Parece ser que varios de los políticos detenidos pertenecen al Partido Socialista, también aparece uno del Partido Popular, y un cura que pasaba por allí y se apuntó a ejercicio tan cristiano.

Debo decir, cuanto antes, que nada más enterarme del posible mangazo de los susodichos políticos y del cura que pasaba por allí, en las subvenciones reseñadas de Andalucía, se me vino a la memoria el soplo que a mí me dieron, hace ya su tiempo, de cómo en Ceuta había algunos tipos metidos de hoz y coz en ese lío del montepío... Aún están apuntados los nombres de esos sujetos en la alacena de mi memoria. Y son, además, más que conocidos porque llevan toda una vida dando lecciones de moralidad. Eso sí, por estar esperando todavía las pruebas que me prometieron, ciertas personas, sólo me cabe mantener la boca cerrada.