Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 11 de marzo de 2015

El fútbol como modelo de vida

Dice Albert Camus en sus carnets que todo cuanto sabe con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debe al fútbol. El fútbol como modelo de vida ayuda a la formación de la persona y propicia unos valores fuertemente arraigados. Tales como el sacrificio, el aprender a compartir, el competir, la pérdida de miedos absurdos y, por tanto, hace que se sea capaz de enfrentarse a las situaciones más complicadas. Jugando al fútbol se madura antes.

Si Camus -escritor y una de las mentes más lúcidas, de mayor influencia y responsabilidad intelectual, en esa época comprendida entre 1941 y y 1951- viviera, seguramente no entendería nada relacionado con lo que está sucediendo con Casillas. Mejor dicho, una mente tan preclara como la suya habría terminado por decirle a Casillas que sus actuaciones eran fiel reflejo de un mal deportista y que, por tanto, dejara de engañar no sólo a los aficionados sino también a sus compañeros.

Iker Casillas, desde hace mucho tiempo, no es modelo de nada. Es un guardameta estancado. Sin recursos. Carente de cualidades capaces de generar la condición precisa para defender la portería del mejor equipo del mundo. Es más que sabido que está jugando por decreto de un presidente que le tiene un miedo cerval a los periodistas afines al muchacho que nacieron en Móstoles. Y, naturalmente, por el dinero que sigue generando con la publicidad. Dinero que algún día a lo mejor llegamos a conocer la capacidad de conquistar voluntades que viene teniendo.

Entiendo que haya periodistas amigos de Casillas propalando cada día las bondades de alguien tan venido a menos que le sería imposible jugar incluso en cualquier equipo de segunda división. Pues con los éxitos de la selección española en su momento se hicieron colegas del que bautizaron como el Santo y hasta lucharon lo indecible por emparejarlo con una compañera de profesión. Oír hablar a Paco González del Santo, por ejemplo, hace posible que uno más que vergüenza ajena sienta la necesidad de contener las arcadas producidas por semejante heraldo del baboseo nacional.

Lo que no entiendo, por más que trate de ponerme en su lugar, es decir, en el lugar de Vicente del Bosque, son las declaraciones hechas por éste después del partido que hizo Casillas ante el Shalke-04. Dice el seleccionador que Casillas reconoció no haber jugado bien ante el equipo alemán, pero que al final fue él quien salvó la eliminatoria con grandes intervenciones. Y aun dijo más: "Lo veo en plena forma y, por tanto, formará parte de los próximos seleccionados". Inaudito.

A partir de ese momento, o sea, nada más empaparme de las declaraciones realizadas por Del Bosque, inmediatamente me puse a ver todas las intervenciones de Casillas el martes pasado, y no hallo parada alguna digna de ser destacada. Y, aunque la hubiera habido, que no es el caso, no serviría para enmendar los yerros cometidos. Errores que viene repitiendo sin solución de continuidad. Y, por consiguiente, nos permite seguir pensando que el que siga jugando Casillas es el peor ejemplo que pueden recibir los niños. Al darse cuenta de que no se premian los méritos. Sino que se mira más salvar de la miseria al hombre anuncio. No es eso, no es eso..., diría Albert Camus.

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