Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

sábado, 7 de marzo de 2015

El Madrid rueda por la ladera hacia el abismo

Carlo Ancelotti, ante las críticas recibidas por el mal juego de su equipo y, sobre todo, porque ni acierta a enmendar los yerros que vienen cometiendo sus jugadores ni tampoco a imponer la disciplina adecuada, perdió su tan celebrada flema al expresarse así: "La mano floja me ha permitido ganar tres Champions". Se le olvidó decir que tales triunfos los logró con equipos que estaban hechos casi exclusivamente para ganar ese trofeo. Y lo hacen repletos de grandes jugadores con cuyas primas por ganar dos o tres partidos, cualquier familia sería rica el resto de su vida.

De  haber estado presente en esa conferencia de prensa en la que el entrenador italiano decidió sacar pecho, le habría preguntado si alguna vez se había hecho cargo de un equipo situado en los últimos lugares de la clasificación y  finalizado su trabajo con éxito espectacular. Que es realmente donde el saber de los técnicos se pone a prueba. Ya que esa tarea exige todos los conocimientos futbolísticos,  habidos y por haber. Labor, sin duda, que apenas permite errores. Pues en esas plantillas de equipos mediocres, y mal clasificados, no abundan, precisamente, los jugadores capaces de resolver partidos sin jugar bien o no disponer de misiones concretas y acertadas.

Ancelotti llegó al Madrid para sustituir a un técnico que exige esfuerzo y disciplina a sus jugadores y que viene demostrando desde hace ya bastantes años que no se arruga ante las figuras. Ni se arruga ni gusta de dorarles la píldora por sistema. Un técnico que no engaña a nadie, cuando dice lo siguiente y, además, lo cumple: "Aquí mando yo". Se lo hice saber a Cristiano Ronaldo, durante un partido de Champions, frente a un equipo alemán, por sacar de banda sin ton ni son. Es decir, cuando no le correspondía hacerlo. Y la figura se revolvió con ira contra él y principió a hacerle la cama a José Mourinho.

Gracias a Mourinho, a su forma de entender el fútbol de contraataque y a la misión que le encomendaba a CR, éste creció más como futbolista y encandiló al mundo actuando por la banda izquierda. Situación que beneficiaba a todos sus compañeros por algo tan simple cual fundamental: los adversarios tenían que abrirse y dejaban espacios por el centro. Todo lo contrario a lo que, desde la llegada de Ancelotti está ocurriendo. El equipo juega con enorme lentitud, permite replegarse a los contrarios, y Cristiano es un auténtico naufrago, deambulando por el centro, dedicado a hacer de entrenador en el terreno de juego, y dando órdenes a sus compañeros con malos modos. Tan desatinada está, la estrella portuguesa, que ni siquiera consigue ejecutar falta alguna con buen pie.

No tengo el menor empacho en repetir, una vez más, el daño que le hizo al Madrid ganar la Décima. Pues ese triunfo logrado en la prorroga, tras un final agónico, sirvió para tapar los desastres cometidos en Valladolid y Vigo. Ambas derrotas contribuyeron a que el Madrid perdiese la Liga pasada. La que, si no surge un milagro, volverá a perder nuevamente, después de haberla tenido a huevo gran parte de esta temporada. Los entrenadores permisibles son, casi siempre, incapaces de tomar decisiones importantes para su club. Suelen hundir el trasero en los banquillos y que Dios reparta suerte. Es el caso de Ancelotti.

El Madrid, que cuenta con una plantilla sensacional, es actualmente un equipo que no juega a nada. No se distingue por jugar bien con el balón al pie ni, mucho menos, hace uso del contragolpe como arma letal que le ha dado siempre tan excelentes resultados. Presentarse en San Mamés con Isco, Kroos e Illarra, en la zona vital del medio campo, para ganarle a los de Bilbao, sin ayuda de los tres atacantes, ni la salida desde atrás, como soplo de aire fresco, de algún zaguero central, es inaudito. Ganaron los vascos merecidamente. Tiraron a puerta dos veces. Una fue gol y otra se estrelló en el poste. Derrota grave. Y no sólo por la pérdida de los puntos. Sino porque el entrenador parece que ha perdido el oremus. A pesar de haber ganado tres Champions. Con su forma de proceder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.