Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Leyendo a Camus a deshora

Decido ver el  Atlético de Madrid-Bayern Leverkusen para opinar al respecto. Pero a medida que van transcurriendo los minutos, si exceptúo la emoción por el resultado, el juego me parece horroroso. Impropio de una competición tan afamada como es la Champions League. Tal es así que al final del encuentro, nada más que tengo grabada en la memoria la magnífica actuación de Spahic: central zurdo, que jugó en el Sevilla, y que le vendría al Madrid como el anillo al dedo.

Dado que no deseo escribir más acerca de la eliminatoria ganada por los atléticos, decido ponerme a releer a Albert Camus, con el fin de meterme en la piltra sin la mala impresión que me han causado los futbolistas alemanes y españoles en el Manzanares. Y a medida que leo voy tomando notas de algunos pensamientos para publicarlos. Pues son pensamientos merecedores de ser aireados para deleite de quienes no hayan tenido la ocasión de leer a una de las mentes más lúcidas entre 1942 a 1951. Empiezo.

Una tertulia de ocho o diez personas en la cual todas las mujeres presentes han tenido amantes, en la que se mantiene una conversación divertida y salpicada de anécdotas, y en la que a las doce y media se sirve un ponche liviano, es el mejor lugar de la tierra donde me siento más a gusto.

Pena de muerte, se mata al criminal porque el crimen agota en un hombre toda la facultad de vivir. Si he matado, he vivido todo. Ya queda morir. El asesinato es exhaustivo.

No se acuesta con una prostituta que se le ofrece y que le gusta porque sólo tiene un billete de mil francos y no se atreve a pedirle el cambio.

Un escritor no debe hablar de sus dudas respecto a su creación. Sería demasiado fácil contestarle: ¿Quién le obliga a crear? Si es una angustia tan permanente, ¿por qué la soporta? Las dudas son lo que tenemos de más íntimo. No hablar jamás de las propias dudas, sean las que fueren.

Toda la vida orientada hacia el dinero es una muerte. El renacimiento está en el desinterés.

Licenciarse como mentiroso cuesta lo indecible. Pues sigue siendo una asignatura hecha a la medida de las personas talentosas. Mentir, aunque no toque, es conveniente como práctica.

Mentir convenciendo es el mejor éxito a que aspira cualquier político que se precie.

Cuando uno llega a creerse sus mentiras, se asegura además la posibilidad de dormir todos los días a la pata la llana.

Como es tarde, muy tarde, y quiero dormir plácidamente, les diré que el Atlético de Madrid hizo un partido fantástico frente al Leverkusen.

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