Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Amena conferencia de Vivas

En un momento de la conferencia dada por nuestro alcalde en el salón de la planta quinta del Hotel Tryp, que se puso a tente bonete, es decir, "lleno a más no poner", éste se dirigió a su mujer para agradecerle la mucha paciencia que viene teniendo ella con la parte menos positiva de él,  e inmediatamente se me vino a la memoria la siguiente anécdota, y que tiene mucho que ver con la vida de los políticos importantes. Reza así:

Se sabe que "no hay persona célebre para su ayuda de cámara..." ni para su propia mujer. La mujer del famoso hombre político francés del siglo pasado exageró un poquito. Esa mujer no era un portento y había conservado, a pesar de los años y de la incuria del tiempo, cierta ingenuidad. Entre otras cosas, creía que el valor, la virtud y la honestidad eran los únicos ingredientes indispensables para captar éxitos. Por eso no conseguía comprender perfectamente como el oscuro candidato electoral que había desposado treinta años atrás, había llegado a ser ministro de la Tercera República. En la intimidad del hogar le parecía vulgar, vacío, insignificante.

Ocupada como estaba en discurrir de sus problemas familiares, se le ocurrió un día, la insólita idea de asistir a una discusión parlamentaria. Entró en el Parlamento cuando su egregio marido estaba pontificando desde el banquillo azul. Se sentó, miró y escuchó. ¡Y comprendió! Comprendió cuál había sido, al menos para su consorte, el secreto del éxito. El hombre sabía hablar. Sabía decir las cosas más banales de manera interesante, y las cosas aburridas, de manera agradable. Era un seductor de profesión. Tenía lo que se llama "estilo oratorio". Y "el estilo lo es todo", como afirma el gran estilista francés Flaubert.

No hay duda que el primer momento de la seducción es el arte de saber agradar. Agradar significa, viene en cualquier manual de redacción, saber hacer agradable, gracioso y atractivo cualquier tipo de argumentación; significa persuadir, convencer... Pero el saber agradar supone una cualidad fundamental. Supone corrección. Pues bien, nuestro alcalde, basándose en un completo dominio del escenario, es decir, paseándolo muy bien, discurseó durante tres cuartos de hora sin que nadie bostezara en la sala. Enumeró logros obtenidos durante sus catorce años en la alcaldía, sin tener que consultar papeles. Y hasta se permitió el lujo de sacar a pasear la ironía. Esa burla fina que no es fácil domeñarla.

Juan Vivas, amén de haber ido adquiriendo confianza como orador, debido a que ha podido placearse en escenarios abarrotados de exigentes espectadores, goza de una memoria prodigiosa. Y confiado a ella, se permite el lujo de ir contando cosas y cosas y más cosas sin perderle la cara al público; o sea, desparramando la vista hasta la última fila del patio de butacas. Nuestro alcalde, créanme, está en tan buen momento como orador, que bien podría hacer un monólogo espectacular donde le diera la real gana. Ni que decir tiene que su actuación ha sido muy aplaudida. Ante la mirada satisfecha de su mujer.

Imposible acordarme de todos los logros obtenidos por el gobierno presidido por Vivas y que éste los fue enumerando de memoria. Pero fueron muchos. De lo que sí me acuerdo es de ese momento en el que nuestro alcalde habló de Ceuta y de España: "Mis dos pasiones", dijo,  elevando la voz y poniendo al público enfervorecido. La campaña electoral ha comenzado. Y yo creo, de verdad, que el Vivas que yo he visto discursear, este miércoles, será el ganador de las elecciones. Y es que este hombre sabe hablar. Sabe decir las cosas más banales de manera interesante, y las cosas aburridas, de manera agradable. Es un seductor de profesión. Y el estilo lo es todo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.