Hacía ya muchos años, pero muchos, vamos, desde mi niñez, que yo no oía esa frase de "La que sea puta y bruja, que cruja". Es una frase terrible que nos evoca los peores tiempos de la Inquisición, y que ha quedado todavía en uso por algunos sitios de Andalucía, entre gente de baja estofa. La frase significa que no hay por qué silenciar los defectos o pecados ajenos, sino denunciarlos. El significado de "que cruja" alude claramente a la hoguera inquisitorial.
De piedra me he quedado, pues, cuando he oído gritar a Juan Luis Aróstegui, como poseído por mil demonios, que "esa lista -refiriéndose a la lista de las Viviendas de Loma Colmenar- ha salido publicada en un medio que financia esta institución casi al ciento por ciento y que se ha permitido el lujo, sin contrastar la información, de publicar una lista que crea un conflicto social, desazón e indignación y que pone esta institución patas arriba... ¿Hasta cuándo vamos a tolerar a ese grupo de mezquinos que sólo miran por su interés?". Y ha rematado la faena con "El que sea puta, que cruja".
En principio, debo decir que yo sé que Aróstegui es muy dado a perder los papeles. Lo sé desde hace la tira de tiempo. Incluso que la ira lo ciega cuando es consciente de que quienes no le doran la píldora ni le tienen miedo, siguen vivos y coleando. ¿Peligroso?... Todo político que desea obtener logros, pero cosecha fracasos, tiene siempre tanto peligro cual boxeador sonado. Y el principal dirigente de Caballas no iba a ser menos.
Con la ira cegadora, que lo está matando en vida, el hombre que rige los destinos de la coalición Caballas no cesa de meterse en líos cada vez mayores y todos ellos perjudiciales para el devenir de esta ciudad. Trata de acapararlo todo. Y, por supuesto, procura por todos los medios que su santa voluntad sea la que prime en esta tierra. Máxime en momentos en los que el Partido Popular está dando muestras visibles de deterioro interno.
¡Cuidado con él! Porque si nuestro alcalde no le echa... valor al asunto puede que este Fulano se le suba a la chepa y consiga erigirse en gerifalte de una ciudad que, bajo sus directrices, comenzaría a rodar por la ladera de la ruina. Y es que hoy, mientras le oía pedir enfebrecido la hoguera para El Pueblo de Ceuta, por haber publicado la lista de marras, creí que acabaría dándole un insurto. Un jamacuco absurdo. Y, claro, me dio aun por invocar a un santo protector para casos así.
También me hubiera gustado tenerlo cerca para decirle, aunque sea profesor de Instituto de Enseñanza Secundaria, que cuando hable con frases hechas, procure expresarlas correctamente. Pues no se dice "El que sea puta, que cruja". Se dice de esta manera: "La que sea puta y bruja, que cruja". Ah, El Pueblo de Ceuta -periódico al cual no me une relación alguna-, como todos los periódicos, está para informar sobre lo que crea conveniente. Le guste a usted o no le guste. No ve, señor Aróstegui, que se le ve... el plumero.
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