Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 21 de julio de 2015

En esta ciudad manda Caballas

El escándalo relacionado con las viviendas de Loma Colmenar está consiguiendo que la gente sepa, de una vez por todas, que en esta ciudad manda Caballas. Partido que, al fin, se ha hecho con las riendas del gobierno local. Porque nuestro alcalde es consciente de que mientras Juan Luis Aróstegui mantenga controlado a Mohamed Alí no podrá prosperar el temido voto de censura.

Juan Luis Aróstegui nunca ha sido capaz de ganar unas elecciones. Los fracasos en las urnas le fueron agriando el carácter hasta comportarse de manera detestable como político. Aunque conviene destacar que supo en su momento adueñarse de la voluntad de Mohamed Alí para ofrecérsela en bandeja a Juan Vivas. Y los tres han montado un tinglado capaz de hacer de su capa un sayo.

En esta ciudad, desde hace ya mucho tiempo, denunciar las actuaciones de Aróstegui causa trastornos graves a quienes se atrevan a hacerlo. Quien escribe los ha padecido desde que fue director de la Escuela de Fútbol y asesor en el Instituto Municipal de Deportes. En aquel tiempo, finales de los ochenta y principios de los noventa, fue cuando Aróstegui se dio cuenta de que ganarse la amistad del editor de un periódico y de un funcionario con ínfulas, le serviría para obtener lo que los ciudadanos le negaban: poder. Y lo consiguió.

Consiguió  manejar a los personajes citados. Porque los tenía cogidos por los dídimos. Y se permitió el lujo de imponerles su voluntad en todo cuanto le apetecía. A Mohamed Alí, por ejemplo, no dudó en decirle que si se aliaba con él se le abrirían las puertas de todas las administraciones. Hasta entonces cerradas a cal y canto. Así me lo dijo MA en una entrevista que aún conservo.

De cómo se ganó Aróstegui a los periodistas de esta ciudad, venidos de la península, ya escribí en su momento. Y prometo hacerlo en otra ocasión, por si alguien desconoce la forma empleada para tal menester. El poder del secretario general de CCOO es omnímodo. Hasta el punto de que ha sido capaz de acabar con Cecilio Gómez, director provincial del Ministerio de Educación en Ceuta. El poder de Aróstegui es tan alargado como para que tengan que dimitir los recién designados directores de centros de Segunda Enseñanza, nombrados por el anterior director provincial.

Aróstegui está actuando de modo y manera que puede ocasionarle a esta ciudad problemas muy graves. Tan graves como para que alguien, con sentido común, decida ya pararle los pies. Que es lo que exigen sus comportamientos. De no salirle alguien al paso, con los bríos necesarios y las razones imprescindibles, mucho me temo que este hombre logrará su deseo: convertirse en jefe de tribu y pastoreo.


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