Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 4 de agosto de 2015

Mis desencuentros con José María García

Era la voz del periodismo radiofónico más celebrada. Hora 25 tenía millones de radioyentes. José María García se había convertido en el periodista más temido por todos los organismos deportivos. Mantuvo duras disputas con personajes relevantes del deporte en general y del fútbol en particular. Criticaba acerbamente a cualquiera que no hubiera actuado acorde con su voluntad. Tenía, por tanto, atemorizados a periodistas, presidentes, futbolistas, entrenadores, directivos, federativos, etcétera.

Un día sonó el teléfono de mi casa. Corría la temporada 75-76. Una voz femenina me dijo: "Don José María García quiere hablar con usted".

JG: Hola, Manolo, ¿cómo estás...? Bueno, mi llamada es para pedirte un favor. No sé si sabes que Rafael García Crespín, conocido futbolísticamente como Crispi, jugador que ha estado últimamente en el Oviedo, es muy apreciado por mí. Por lo que me agradaría sobremanera que dieras el visto bueno a su contratación. Que es lo que está esperando el presidente del Mallorca, Antonio Seguí, con quien he estado hablando hace nada y menos.

Lo siento, José María, pero Crispi no encaja en mis planes por dos motivos: el primero es que llevamos tres meses sin cobrar. Y sería absurdo hacer un fichaje y además innecesario. Porque, y he aquí el segundo motivo, sus características no encajan en este equipo.

JG: Chico, creo que, a pesar de todo, te lo vas a tener que comer con patatas. Puesto que Crispi está a punto de hacer acto de presencia en el club para estampar su firma en el contrato. Es lo que hay, De la Torre.

José María, Crispi no será jugador del Mallorca mientras yo sea el entrenador. Te lo puedo asegurar.

JG: Pues ya puedes ir preparando la maleta....

Poco tiempo después, mi teléfono volvió a sonar otra vez. Al aparato estaba un tal Miguel Vidal; periodista excéntrico, mallorquín él, cuya amistad con García era más que conocida. Quien me dijo textualmente: "Manolo, el no haber dado el visto bueno al fichaje de Crispi te va a costar el cargo a partir de mañana".

Mi respuesta a Miguel Vidal fue demoledora. Tres meses más tarde, más o menos, José María García volvió a ponerse en contacto conmigo a fin de entrevistarme para que le contara -en exclusiva- todo lo acontecido en el intento de soborno de un directivo del Mallorca que había hecho de intermediario del Mestalla. La entrevista fue un éxito para García. De manera que, finalizada ésta, y ya fuera de micrófono, me preguntó: "¿Qué equipo quieres entrenar la próxima temporada?".

Al Cádiz -le dije.

García respondió: "Hecho. Te lo puedo asegurar. Espera mi llamada...".

La llamada la recibió Enrique Mateos. Buen amigo mío y que, además, ascendió al Cádiz a Primera División en aquella temporada.

Avanzado ya el mes de julio, durante la Asamblea de la FEFF, que entonces se celebraba en el Meliá Madrid, José María García me vio y se acercó a saludarme. Y aproveché la ocasión para decirle lo que nadie se había atrevido a decirle nunca. Y lo hice ante un estupefacto Ignacio Gago; subdirector del hotel y paisano mío. García no dijo ni mu. Y, como era de esperar, a mí se me cerraron todas las puertas de equipos encopetados.

Transcurridos los años, y teniendo como testigo a José Manuel Gallardo, "Pirri",  Crispi y yo hablamos de aquel desagradable asunto mientras comíamos en el Restaurante Navarro (Ceuta). Y el cordobés reconoció los muchos bemoles que quien escribe le echó a la cosa. Es la única satisfacción que obtuve de lo ocurrido.




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