Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Mirando hacia atrás

Tous Barberán (José). Era descendiente de una conocida familia mallorquina, de gran tradición cultural y muy avezada en cuestiones empresariales. Los Tous levantaron el teatro Balear, Lírico y Born, y mantuvieron con éxito la explotación de la plaza de toros del Coliseo Balear. También fundaron el diario decano de Mallorca: el vespertino 'Última Hora'. Periódico que dirigía Pepe Tous cuando a mí me lo presentaron, recién llegado yo a Palma, en el Hotel Jaime I.

Tous contaba en la redacción con varios periodistas jóvenes a los que les permitía ser sabuesos y arriesgar en sus cometidos. Les daba autonomía y éstos, sobre todo en el deporte y en el fútbol, especialmente, eran inquisitivos. Así que pronto supe cómo Alejandro Vidal y Tomás Monserrat, por ejemplo, se las gastaban.

Una mañana, María José, la bella secretaria del Real Mallorca e hija de Jaime Turró, ex jugador del mallorqueta y segundo entrenador conmigo, me comunicó que el presidente, Antonio Seguí, quería verme después del entrenamiento. Y que me esperaba en las oficinas de Construcciones Seguí. Éste, nada más acceder yo a su despacho, me dijo que Pepe Tous nos había invitado a comer en su casa: chalet que estaba situado a los pies de la sierra de Na Burguesa. Pues tenía mucho interés en conversar conmigo. Y allí nos presentamos a la hora convenida: tres de la tarde.

Pepe Tous  vivía con Sara Montiel. Ni que decir tiene que yo conocía a Sara por sus películas y por cuanto se decía de ella en las revistas del corazón. La Montiel, tras saludarnos con la alegría que le aportaba su unión con PT, lo primero que nos dijo es que tomásemos asiento donde Pepe lo creyera conveniente, mientras que ella se encargaba de darle los últimos toques a la comida.

Pasamos al despacho del anfitrión y éste resultó ser un fino conversador que sabía prestar atención a lo que se decía. El pelo blanco, la barba blanca, las manos grandes, y la sonrisa ancha, le daban aspecto de ser lo más parecido a un caballero medieval. Sara estuvo estupenda laborando en la cocina y haciendo de camarera y señora de la casa. Tras el solomillo a la plancha, y la cebolla caramelizada, llegamos a los postres. Preciso momento en que el ex futbolista Martín Mora y su mujer, la que fuera Miss Europa, en Beirut, Maruja García, que formaban parte del círculo más cercano de Sara  y Pepe, se sumaron a la sobremesa.

Martín Mora, constructor de prestigio y propietario de hoteles, tuvo a bien comunicarme entonces que una sociedad mallorquina había decidido que los premios veraniegos a personas destacadas, se les concedieran a Sara Montiel y a mí. Aunque me consultó si era de mi agrado recibir el Premio Limón;  pues el Naranja se le había otorgado a la actriz. Y respondí que sí. Ni que decir tiene que la fiesta celebrada para la entrega de los premios, en aquel verano delicioso en la Isla, fue extraordinaria.

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