Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 22 de noviembre de 2015

El valor de la mujer

Somos varios conocidos compartiendo el aperitivo en establecimiento céntrico. Hay tres mujeres y cuatro hombres. El único que no está acompañado por su pareja soy yo. Lo primero que se debate es la derrota reciente del Madrid frente al Barcelona. Las mujeres opinan de lo ocurrido con unos conocimientos tan fríos como certeros. Y es que las señoras llevan viendo fútbol desde que sus novios, hace ya tiempo maridos, las llevaban al Alfonso Murube. Ni que decir tiene que nunca han dejado de ver los partidos televisados con enorme interés.

Del fútbol pasamos a charlar de las relaciones entre parejas. Hombre y mujer en este caso. Y a mí se me ocurre decir algo que suele caer bien entre las mujeres. Así que me repito: "La diferencia que hay entre los hombres y las mujeres es que ellos hablan bien de ellas y las tratan mal, mientras que ellas hablan mal de ellos y los tratan bien".

-Manolo tiene razón, mucha razón. -dice una de las tertulianas- Y argumenta: "Ellos nos reconocen muchas más cualidades que las que se atribuyen a sí mismos y no ahorran alabanzas sobre nuestros méritos y nuestra agudeza y perspicacia. Aunque tampoco es menos cierto que esa actitud de los hombres no debe equivocarnos. Pues es de creer que los hombres necesitan ese retrato embellecido para tranquilizarse sobre su propio valor". 

La opinión de Isabel hace que todos los componentes de la mesa quieran dar su opinión al respecto. Y entre bromas y veras llegamos al acuerdo de que sea yo quien haga de moderador. Así que le concedo la palabra a Mercedes. La más joven de las señoras.

Y Mercedes emite su parecer casi de carrerilla, dirigiéndose a mí:

-Vamos a ver, Manolo: Los hombres tienen mucha necesidad de ser ensalzados por sus mujeres. Esa necesidad de valoración les es tan necesaria como el comer. Y me explico: Una mujer  que tiene un mal marido es una víctima; un hombre que tiene una mala mujer es un ser lamentable. ¡Es lo que siempre le he oído decir a mi padre! Quien, por cierto, se sigue poniendo iracundo cada vez que una mujer es víctima de malos tratos. 

Encarnación es la de más edad del grupo y se expresa de tal guisa: "Mirad, los hombres, en realidad, se felicitan de lo que nosotras somos y, sobre todo, no quieren bajo ningún concepto que nosotras nos empeñemos en imitarles. ¡Les gustan las diferencias! "Diferentes" no significa "inferiores". En este punto, las ideas femeninas han triunfado realmente. ¿Quién se atrevería a afirmar todavía que las mujeres son menos inteligentes, dotadas, creadoras, hábiles y artistas que los hombres?".

No cabe la menor duda, responde Francisco, que es el  varón de menos edad de la tertulia, que todo el mundo reconoce, y los hombres los primeros, que las desigualdades que subsisten entre los sexos están relacionadas con las condiciones, no con las capacidades. Y finaliza su intervención diciendo: Yo soy de los que creen que sin las mujeres, el mundo no sería más que un desorden. Y, desde luego, los hombres tenemos que comprender que las mujeres ya no aceptarán ser mal poseídas.





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