Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Madrid-Barcelona

Están apareciendo noticias sobre Cristiano Ronaldo para hacernos creer que éste anda ofreciéndose a equipos capaces de pagar la cláusula descomunal que le une al Madrid. Sus afectuosos saludos con Laurent  Blanc y Alex Ferguson han sido traducidos como el deseo inminente que tiene el astro portugués de cambiar de aires. Lo que está  causando el consiguiente malestar de Florentino Pérez. El cual cayó en la trampa de pedirle explicaciones al jugador momentos antes de jugarse un partido en el Bernabéu.

En cualquier momento, eso sí, los devaneos del futbolista con el PSG y Manchester United, pueden molestar a los aficionados madridistas. Los mismos que, aprovechando cualquier desacierto de los muchos que está teniendo Cristiano últimamente, podrían arremeter contra él sin miramiento alguno. Pues ya sabemos que ni siquiera Di Stéfano se salvó de semejante desafecto.

Cristiano Ronaldo, además de coquetear con el deseo de marcharse del Madrid,  no ha desmentido aún que le haya dicho al presidente que con el entrenador actual no se ganará ningún título esta temporada. Noticia muy leída e información, por tanto, que a los aficionados debe haberles olido a chamusquina. Y, naturalmente, le habrá sentado como un tiro a Rafa Benítez. Pues la cosa no es para menos. Y mucho más cuando el partido con el Barcelona está a la vuelta de la esquina.

Un Madrid-Barça -o viceversa- son partidos donde los jugadores han de salir al terreno de juego, a ser posible, sin ningún tipo de conflicto. Tan alegres, por ser parte muy principal de tan grande acontecimiento mundial, como ilusionados por cuajar el partido de su vida en el sitio justo y frente al rival que más prestigio proporciona a lo logrado. Y nunca sometido a presiones que no sean las propias del juego.

Por consiguiente, CR, al margen de estar todos los días dando la tabarra sobre su posible salida del club, debería cuanto antes, si no lo ha hecho ya, propagar que él no tiene tan mal gusto ni tampoco carece de compañerismo como para decirle al presidente, más o menos, que Benítez sobra. Dado que el entrenador es un compañero más y merece todos los respetos.

En suma, que si un Madrid-Barça es siempre apasionante en todos los sentidos, qué decir de éste -cuando no se sabe todavía si Messi jugará, si no lo hará, o si lo hará interviniendo a medio gas-, en que Cristiano Ronaldo ha conseguido, atendiendo a lo publicado por un periódico deportivo de los madriles, que la espada de Damocles penda  sobre la cabeza de su entrenador. Tanta temeridad puede tener efecto bumerán.

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