Amenaza de huelga

Se dice, cada vez más, que hacer hoy una huelga general en nombre de la clase obrera no tiene sentido.  Que lo pudo tener cuando la estructura económica venía constituida por un tejido de grandes empresas industriales. Hoy, todavía más que ayer, la economía está fragmentada, y el sector de servicios tiene ya poco que ver con el tipo de sociedad industrial que generó el movimiento social.

Quienes piensan así, que no son pocos, se preguntan: "¿Qué se hizo de aquella espontaneidad que destaca Rosa Luxemburgo, en los movimientos de masas?". "Hoy todo es montaje político artificial". Y siguen alegando: "Los sindicatos tampoco alcanzan ya a representar a la nueva clase de los miserables, de la marginación total, los que carecen completamente de todo". Pues bien, quien escribe sigue convencido de que los sindicatos tienen todavía mucho que hacer y decir cuando los gobernantes toquen la salud, la vejez y la educación de los ciudadanos.

Tampoco creo que sea descabellado el anuncio de huelga hecho por el Comité de trabajadores de la empresa TRACE, concesionaria de la limpieza, si no son atendidas sus reclamaciones. Vayamos con ellas: Aumento salarial del cinco por ciento. Aprobación del mismno convenio para los compañeros que laboran en los contenedores. Y que se haga realidad, de una vez por todas, que cincuenta compañeros que están trabajando a tiempo parcial, lo hagan en jornada completa.

El  presidente del Comité de Empresa de TRACE, Francisco Mur, de quien tengo las mejores referencias, ha manifestado que está dispuesto a negociar hasta que las partes logren un acuerdo satisfactorio. Dejando entrever que en toda reclamación debe primar el término medio.  Luego, habló así: "En una reunión con el presidente de la Ciudad, antes de las elecciones, nos prometió que si las ganaba se comprometía a ayudar a los cincuenta compañeros que están trabajando a tiempo parcial".

Una huelga nunca es plato del gusto de nadie. Una huelga en Semana Santa es un calvario para cualquier alcalde. Una huelga del servicio de limpieza es terrible y nauseabunda. Una huelga de los empleados de la empresa TRACE, en Ceuta, con la que está cayendo actualmente en una España desquiciada por la clase política, no le conviene a nadie. Y, mucho menos a un dirigente del Partido Popular.

Uno, que se precia de conocer a Juan Vivas, está convencido de que, a pesar de las últimas declaraciones de nuestro alcalde, en relación con el anuncio de huelga de los trabajadores del servicio de la limpieza, hará más que lo posible para que se imponga la cordura por encima de intereses y de posiciones encontradas. Y  encontrará la mejor solución. Pues no en vano, como escribí días atrás, nuestro alcalde es capaz de unir el agua con el aceite... Que así sea.