La llegada de Rafa Benítez al Madrid fue mal acogida por esa camarilla que suele llevar la voz cantante en todos los equipos y sobre todo en los grandes. Desde el primer día, según nos contaban los medios especializados en difundir cuanto sucede en el seno del que dicen es el mejor equipo del mundo, los futbolistas dieron muestras visibles de mirar por encima del hombro a su entrenador. Y hasta se preguntaban cómo podía éste querer enmendarles la plana -técnica y tácticamente- cuando nunca había pertenecido a la elite como jugador.
En principio, cabe decir cuanto antes que Benítez jugaba muy bien. Comenzó en las categorías inferiores del Madrid y una lesión lo mantuvo un tiempo alejado de los terrenos de juego. Cuando volvió lo hizo en El Parla y en el Linares. Y debo decir que yo lo vi actuar en no pocas ocasiones. Y rendía a pesar de sus limitaciones físicas. Por lo tanto, no vale decir que era un tuercebotas.
Es absurdo, pues, discutirle a Benítez los éxitos obtenidos como entrenador y la categoría adquirida por haber dirigido a los siguientes clubes: Valencia, Inter, Liverpool, Chelsea, Nápoles. Y en sus comienzos están Extremadura, Valladolid y algún otro equipo más. Sin olvidar su paso como entrenador de las secciones inferiores del Madrid. Rafa Benítez, además, habla idiomas y aun ha tenido tiempo para licenciarse en materias relacionadas con el fútbol. Por consiguiente, quienes han proclamado que le venía grande el Madrid, o bien no tienen ni idea de lo que hablan o es que largan con mala fe. Yo me inclino por lo segundo.
Sí, ya sé que ustedes se preguntarán a cuento de qué viene que yo escriba de RB a estas alturas. Ello se debe a una noticia que he leído, fechas atrás, en relación con un posible nombramiento de Joaquín Caparrós como seleccionador nacional de fútbol. En el preciso momento que Vicente del Bosque decida dejar de serlo. Incluso Caparrós, tras saber que Ángel María Villar cuenta con él, debido a informes favorables recibidos en Bilbao, no ha tenido inconveniente en hacerse el artículo.
Así se explica Caparrós: "Conozco el fútbol desde abajo. He entrenado en campos de tierra y en los de máxima categoría. Y, por si fuera poco, tengo muy buenas relaciones con los jugadores y con Vicente del Bosque. Así que estoy preparado. Eso será cuando Vicente anuncie que no desea continuar. Nunca antes. Quede claro". Y termina diciendo el gran honor que sería para él ser seleccionador de la 'roja'.
Joaquín Caparrós estuvo escaso tiempo en uno de los equipos de aficionados del Madrid. Y creo que llegó a jugar una temporada en la UD Tarancón. Ese es todo su bagaje como futbolista. Entrenó al Utrera, Huelva, Sevilla, Coruña, Bilbao, Mallorca, Villarreal, UD Levante y Granada. En su carrera como técnico hubo de todo, como en botica. Lo cual no obsta para que pueda ser un magnífico seleccionador. Es más, yo tengo la certeza de que lo sería.
Pero, he aquí el pero adversativo que tanto nos gusta a los españoles, resulta que no he oído ni leído ninguna crítica contraria a esa posible designación de Joaquín Caparrós como seleccionador nacional de fútbol. Sino todo lo contrario. Incluso hay periodistas que han ponderado ya el buen gusto de Ángel María Villar por haberse fijado en el entrenador nacido en una tierra donde los mostachones saben a gloria y el flamenco tiene su cuna.
Tampoco es de temer que los jugadores españoles, que son personas tan excelentes como disciplinadas, pongan pegas a que los dirija un técnico que sólo ha jugado una temporada en un equipo de categoría inferior. En todo caso, si alguien se atreviera a dar la nota, se cuenta con que Sergio Ramos, gran amigo de Caparrós, alce la voz y se imponga el silencio. Menudo aval el de Ramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.