Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 7 de junio de 2016

Conversación en el Mesón La Dehesa

Conversar con MD es un placer. Lo cual sucede cada vez que coincidimos en El Mesón La Dehesa. Que suelen ser menos veces de las deseadas por mí. Nuestra última charla fue el viernes pasado. MD es una mujer cuyos encantos físicos, que los tiene y los lleva de maravilla, no le impiden hablar con autoridad de cualquier materia que venga al caso.

En ese momento, a mí se me ocurrió decir que la izquierda, a veces con razón o sin ella, ha tenido demagogos muy célebres, que ejercían esta disciplina con plena conciencia de que era un instrumento político que daba muy buenos resultados. En cambio, la derecha ha elegido siempre lenguajes moderados para una clientela que no apetecía oír la exageración.

MD tarda lo justo en responder. Y lo hace con una claridad meridiana: "Mira, Manolo, desde hace ya mucho tiempo, pero tiempo, que esos términos de derecha y de izquierda han cambiado muchos grados. La derecha decidió evolucionar hacia el populismo, y la izquierda hacia la clase instalada. Lo que se ventila ahora no son complejos ni redenciones del pasado, sino alternativas de poder para hacer ambos partidos casi lo mismo, con escasa diferencia. De ahí que estén obligados a entenderse socialistas y populares en momentos tan cruciales para el devenir de España. Por mucho que los socialistas tengan miedo a perder su identidad con una coalición".

Tras una pausa, refrescada con un trago de cerveza y un aperitivo marca de la casa, MD me dice que en este mundo hay poca conciencia. Que es un mundo incompatible con las personas honradas...

Tal vez. Pero quizá, amiga mía, si se tiene un sentido moral tan quisquilloso vale más entrar en un convento o quedarse en casa. Uno puede divagar sobre los orígenes de la moral, quedándose fuera de los negocios. Hacerlo desde dentro, sin embargo, es peligroso y arriesgado. Al menos, así lo pensaba Josep Pla, uno de los más grandes prosistas del siglo pasado, en El cuadernos gris.

MD, simpática y amena, decide seguir jugando, algo habitual en ella, y lo hace poniéndome a prueba con una pregunta: "¿Has aprendido ya que llevar la razón en algo conduce a comportarse indebidamente a la hora de defenderse?".

Sí, por supuesto que sí; querida amiga. Y te lo explico: Las personas que tienen razón suelen ser las que no saben comportarse. Pierden los estribos y sueltan groserías. Actúan sin tacto y se muestran intolerantes y, por tanto, se les responsabiliza de todo lo que les vaya mal. En cambio, aquellos que están equivocados, que ofenden a los demás, saben comportarse. Actúan de manera lógica, tranquila, con tacto, y parecen no haber roto un plato en su vida. Por consiguiente, querida MD, la ventaja de los años, que alguna habría de tener, es que al final sabes jugar con las cartas que te han servido.


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