Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 17 de junio de 2016

F. Miaja: Los problemas de Fráiz

Fráiz -dice F. Miaja- había llegado al partido poco antes de las elecciones de 1977. Se le acogió muy bien. Hasta el punto de que consiguió ser diputado en 1982 y candidato a la alcaldía, meses después. Todo parecía ir sobre ruedas entre nosotros. Cierto es que el triunfo, tan clamoroso, nos había sorprendido. Y, aunque temíamos que las envidias y las ambiciones produjeran enfrentamientos entre grupos y personas, nunca llegamos a sospechar que se produjeran los incidentes que causaron tanto daño al partido y que nos llenaron de vergüenza.

Empezó todo porque Alejandro Curiel estaba designado como suplente de diputado para sustituir a Fráiz si éste ganaba las elecciones municipales. Alejandro había llegado a Ceuta (1970) procedente de Palencia.  Y fue de los primeros en sumarse al proyecto de crear el Partido Socialista en Ceuta. Allá por 1975 se establecieron algunos criterios y nos pusimos en contacto con  los socialistas de Sevilla para darle vida. Nuestro partido llegó a contar con 400 militantes. Aunque a la sede sólo asistían algo más de 100. Entre las mujeres, las más activas eran Teresa Catio y María Miaja. Sin que esa actividad les hiciera querer participar en la estructura orgánica.

Pues bien, cuando Paco Fráiz fue elegido alcalde, decidió seguir ostentando el cargo de diputado y las cosas  comenzaron a envenenarse. Los plenos se convirtieron en sesiones donde los insultos se sucedían continuamente y los desalojos, por parte de las autoridades, eran frecuentes. Se atisbaba el rompimiento de los componentes del grupo municipal gobernante. El cual estaba formado 14 concejales; 12  pertenecientes al PSOE, y dos al Partido Nacionalista. Y, claro, llegó el momento fatídico, que se veía venir, con el anuncio de que 4 concejales socialistas habían decidido formar un partido. Lo nominaron PSPC y terminaron dando un voto de censura a Fráiz.

Los comentarios se dispararon: mucha gente decía que los plenos eran un desastre. Que en ellos valía todo. La prensa principió a cuestionar los modos atrabiliarios de Francisco Fráiz. Pero éste seguía pensando en que no podrían desalojarle del cargo. Para mí, lo digo al cabo de muchos años, que Paco no valoró suficientemente a unos rivales que se la tenían jurada. Y así, entre escándalos, llegó un jueves 27 de junio y se levantó el pleno teniendo a dos alcaldes.

Sería la Justicia, pasado un tiempo, la que le daría la alcaldía a Aurelio Puya. De esa manera, se nos estropeó a los socialistas ceutíes, en gran parte, la alegría por el arrollador triunfo de 1982. Y, naturalmente, se quebró la unidad de un partido que nunca logró recuperarse de aquel monumental desgaste.




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