Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

sábado, 24 de septiembre de 2016

El Madrid entra en crisis

En los años setenta e incluso en los ochenta, cuando el fútbol aún no había progresado, para bien, en todos los aspectos, jugar como Roque Mesa lo hace actualmente en Las Palmas, hubiera sido una bicoca para cualquier equipo con entrenador medianamente avispado. En cambio, el conjunto canario viene haciendo un comienzo extraordinario de temporada con él situado por delante de sus defensas y dirigiendo el juego amarillo desde posiciones muy atrasadas.

Cualquier aficionado de aquellos tiempos a los que me refiero, se acordará  de cómo Valenzuela, Acedo, Dieguito, Mariano y otros futbolistas del mismo corte, pertenecientes a equipos como Cádiz, Jerez, San Fernando, Agrupación Deportiva Ceuta, etcétera, si se les dejaba jugar a su aire, esto es, sin marcaje específico, terminaban por agigantarse en el campo.Cuando se les impedía ejercer su labor,  no sólo naufragaban sino que propiciaban la derrota de los suyos. Entonces, los aficionados salían del campo diciendo que su equipo no había ganado porque cualquiera de los futbolistas antes nominados no habían tenido su día.

Pero nadie acertaba a comprender que si no habían tenido su día era porque el entrenador contrario les había colocado encima un delantero veloz. Con lo cual obtenía lo siguiente: jugar con un delantero más por estar su oponente muy cerca de su portería. Y además contando con todas las posibilidades de hacer gol en cuanto le quitara el balón en cualquier despiste de ese medio centro, director de orquesta, del tipo Roque Mesa. 

Zidane situó a Asensio cerca del ya reseñado Roque Mesa. Y hasta hizo un gol. Pero pronto se olvidó de su tarea y decidió que su par jugara lo suficiente y durante más tiempo del debido a un Madrid en el cual Sergio Ramos nunca concluye un partido sin meter la pata. Miren el segundo gol de los canarios y podrán comprobar de qué manera más burda se quita de la trayectoria del balón y del jugador rival. Dejando solo ante el peligro a Casilla.

Es verdad que el entrenador del Madrid, a medida que transcurría el partido decidió recurrir a la heroica. Aunque en el empeño, y con razón, tuviera que prescindir de Cristiano Ronaldo. Cuyo cabreo, repleto de visajes grotescos, demuestra que a veces se olvida del respeto que le debe a su técnico. Pero no había por qué jugar a la ruleta rusa con el 1-2. Faltaba orden y sobraban deseos evidentes de hacer muchos jugadores la guerra por su cuenta.

El Madrid no anda bien. Cristiano, por más que su presencia en el campo sea temida por sus contrarios, produce grima verlo jugar. Y acabará, de seguir así, por no asustar a nadie. Con el 4-3-3, en cuanto a Bale, que anduvo activo y peligroso, se le olvida que tiene que ayudar al medio campo, el equipo se resiente en todos los sentidos. Y Ramos, por más que Robinson le dore la píldora, comete todos los partidos el fallo que suelen aprovechar los contrarios. Así que se presagian nubarrones. Puesto que el Madrid entra en crisis.












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