Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Empate de los tres grandes

De lo que más se ha venido hablando en el Madrid, desde que empezó la Liga Santander, es de las rotaciones. Con el fin de que todos sus jugadores lleguen a los momentos cruciales de todas las competiciones en estado óptimo. Lo cual, debido a su insistencia, está produciendo un efecto perverso en los futbolistas. Pues éstos salen al campo convencidos de que pueden obtener la victoria jugando con el mínimo esfuerzo. Actitud que está ocasionando que sus rivales jueguen en el Bernabeú con un desahogo impropio en otros tiempos.

Así que el Villarreal se plantó en el campo acumulando muchos jugadores detrás y dejando a Sansone tratando de distraer la atención de Ramos y de Varane. El Madrid dominó la situación con una parsimonia exasperante. Y lo único que conseguía eran córners. Muchos saques de esquina. Tantos que yo me cansé de apuntarlos y, claro es, perdí la cuenta.

Cristiano parecía un principiante a quien se lo comían los nervios y daba muestras de torpeza. Bale no daba pie con bola y Benzema parecía estar en Babia. Y, por si acaso, Asenjo empezó bien y terminó hecho un coloso. Evidenciando el portero del Villarreal que ha vuelto a coger la onda tras las lesiones.  James era el único capaz de causarle inquietud a sus rivales. Desde el lado izquierdo supo abrir una brecha en el bloque amarillo y creó todas las ocasiones de peligro.

Cuando se daba el empate a cero como resultado de la primera parte. Varane falló lamentablemente y Ramos  remató la faena haciendo un absurdo penalti. Un calco del que ya cometió frente al español y que le fue perdonado por el árbitro. Así que el equipo castellonense, tras marcar Bruno, se fue al vestuario como ganador habiendo llegado una o dos veces a la portería de Casilla.

Sergio Ramos volvió a demostrar que es el Rey Midas en el area contraria y el Cagancho de Almagro en la propia. Nada más reanudarse el partido hizo el gol del empate con la testa. Con lo cual volvió a redimirse una vez más de sus pecados defensivos. Lo demás fue un querer y no poder de un Madrid que no supo nunca a qué jugaba y con la famosa BBC carente de recursos. Algo inexplicable.

Los cambios, en esta ocasión, no dieron el fruto deseado. Y Zinedine Zidane tampoco fue capaz de hacerle ver a sus laterales cómo tenían que actuar ante un conjunto tan hermético como el amarillo. La baja de Marcelo, por lesión, no es preocupante porque estaba jugando lastimosamente.

Otro partido de suma importancia lo jugaban Barcelona y Atlético de Madrid. Durante la primera parte el equipo de Simeone se replegó a su propio campo. Poniendo la primera línea a 30 metros de distancia de la puerta defendida por Oblak. Y volvió a dar un curso de cómo se debe jugar en bloque. Ayudas, coberturas, relevos. Aunque en esta ocasión el equipo colchonero fue sorprendido de cabeza por Rakitic.Gol que ponía a los azulgrana  en condiciones de llevarse  la victoria.

En la segunda parte ocurrieron muchas cosas y ninguna buena para el Barça. Busquets abandonó el campo, aquejado de mareos, y Messi se resintió de las dolencias de su pubis. Simeone hizo los cambios pertinentes: Torres y Correa sustituyeron a Saúl y Gameiro. También Thomas relevó a Carrasco. Y a los pocos segundos obtenía Correa el empate. La buena actuación de Iniesta no fue suficiente en esta ocasión. Ya que Neymar estuvo gris. Tampoco el Atlético fue capaz de aprovecharse de las circunstancias favorables.

Resumiendo: el Madrid debe ya olvidarse de hablar de las rotaciones. Lo cual no significa que no haga las convenientes. Y Zidane ha de hacer un equipo en el cual la BBC juegue a algo. En cuanto al Barcelona, creo yo que  ha perdido una manifiesta ocasión de agravar el empate del Madrid.











No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.